La decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea tendrá “consecuencias significativas” y el negociador jefe europeo, Michel Barnier, ha utilizado una comparecencia ante el Comité Económico y Social para recordar algo que en Londres no terminan de asumir. Si la negociación del 'bréxit' concluye el 29 de marzo del 2019 sin acuerdo se aplicarán las normas de la Organización Mundial del Comercio. Es decir, los vehículos importados de Reino Unido sufrirán derechos de aduana del 10%, del 19% a las bebidas alcohólicas como el whisky escocés y del 12% al cordero y pescado de las islas.

“La decisión de abandonar la UE tendrá consecuencias y tenemos que explicárselas a los ciudadanos, a las empresas y a la sociedad civil de ambos lados del Canal. Son el resultado de la elección de Reino Unido, no de la UE. No es un castigo por el 'brexit'. No hay espíritu de venganza”, ha avisado Barnier. El negociador galo asume las líneas rojas marcadas desde Londres: el fin de la libre circulación para los ciudadanos europeos, la plena autonomía británica sobre la legislación del Reino Unido, la autonomía de negociar sus propios acuerdos comerciales y el fin de la jurisdicción del Tribunal de Justicia de la UE.

Esta posición de partida implica la salida británica del mercado único y de la unión aduanera y, sin un acuerdo político, acarreará consecuencias importantes especialmente en el ámbito del comercio. Algo que según dice Barnier, no todos entienden al otro lado delCanal de la Mancha. “He escuchado a algunas personas en Reino Unido argumentar que uno puede abandonar el mercado único y mantener todos sus beneficios. Eso no es posible. He escuchado a algunos argumentar que se puede abandonar el mercado único y construir una unión aduanera para conseguir un comercio sin fricciones. Eso no es posible”, ha insistido.

“El 'bréxit' tiene un coste” y “las empresas deberían evaluar, con lucidez, las consecuencias negativas de la elección para el comercio y las inversiones y empezar a prepararse para gestionar la situación”, ha avisado en un mensaje que ya ha trasladado en ocasiones anteriores. Y es que, salir de la UE significa salir de esa zona que facilita el comercio transfronterizo porque “solo la combinación del mercado interior y la unión aduanera garantiza la libre circulación de bienes”. Por ejemplo, sostiene, el éxito de la factoría de Airbus en Broughton, en el norte de Gales, se debe a su habilidad para atraer ingenieros cualificados y técnicos de toda Europa y a la facilidad de los procedimientos de certificación y al envío a las plantas de ensamblado de Toulouse o Hamburgo, sostiene Barnier.

PREPARARSE PARA UN NO ACUERDO

El excomisario y exministro galo ha abogado de nuevo por avanzar por etapas, ha dejado claro que no habrá negociación comercial sin avances sobre los derechos de los ciudadanos y la factura, y ha urgido a empresarios y sociedad civil a prepararse para un eventual no acuerdo. “Tenemos que estar preparados para todas las eventualidades, incluida la de que no haya acuerdo”, ha explicado sobre una posibilidad mencionada por varios ministros de Theresa May. “En una negociación clásica un no acuerdo significa el status quo pero en el caso del 'bréxit' significaría el retorno a un lejano pasado”.

Es decir, que las relaciones entre la UE y Reino Unido pasarían a estar regidas por la Organización Mundial del Comercio lo que encarecería notablemente las exportaciones británicas a la UE y complicaría las formalidades en la aduana. “Para un fabricante de equipamiento deportivo o de componentes industriales cuyos productos se envían directamente al mercado único esto significaría la obligación de mantener sus productos en almacén entre 3 y 4 días en vez de unas horas, arrendar naves de almacenamiento y aumentar los costes de transporte”, ha recordado.

Es decir, a juicio de Barnier, empeoraría la situación y Reino Unido perdería más que el resto. “No hay justificación razonable sobre un escenario de no acuerdo y no tiene sentido agravar aún más las consecuencias del brexit”, ha reiterado urgiendo a los británicos a crear un clima de confianza porque el 29 de marzo de 2019 está a la vuelta de la esquina y ese día a medianoche Reino Unido se convertirá en un país tercero. “Estamos a 20 meses y el tiempo vuela”, ha recordado urgiendo a los 27 a centrarse en lo más importante: elfuturo de la Europa a 27.