Miles de personas se concentraron ayer por segundo día consecutivo en la plaza de los Mártires, en el centro de Beirut, en protesta por la explosión que el martes devastó una parte de la capital libanesa y se enfrentaron con las fuerzas de seguridad en los alrededores del Parlamento, contra el que arrojan piedras. Los agentes emplearon gases lacrimógenos contra los manifestantes.

En un tuit, las Fuerzas de Seguridad Interior libanesas aseguraron que «no aceptarán» que sus miembros se vean expuestos al «aumento de los disturbios y los ataques continuados».

El sábado, miles de personas se manifestaron en Beirut por primera vez desde la explosión del martes en el puerto para exigir la dimisión de todos los dirigentes políticos, unas protestas que degeneraron en enfrentamientos con la Policía, con un saldo de 250 heridos, según la Cruz Roja Libanesa.

El organismo de auxilio precisó ayer que 65 personas tuvieron que ser trasladadas a hospitales y 185 fueron tratadas in situ durante la jornada del sábado. Además, murió un agente de seguridad en el hotel Le Grey, en la plaza de los Mártires, epicentro de las protestas que sacuden el país mediterráneo desde el mes de octubre pasado y que se han reavivado tras la explosión en el puerto de la capital libanesa.

Durante la noche del sábado, grupos de manifestantes lograron irrumpir en cuatro ministerios y en la sede de la Asociación de Bancos y en algunos edificios se registraron saqueos e incendios, como en el hotel Le Grey.

Los ciudadanos responsabilizan a las autoridades de la devastadora deflagración en el puerto de Beirut, donde estuvieron almacenadas desde el año 2014 casi 3.000 toneladas de nitrato de amonio sin las debidas precauciones para este material, que es altamente explosivo.

De acuerdo con el último recuento oficial de esos hechos, al menos 158 personas perdieron la vida y unas 6.000 están heridas.