Ayer, último día de la campaña electoral, los partidos sacaron sus cartas mejores y las ofrecieron al público. La oposición conservadora y la de los indignados lo hicieron de una manera presencial, más comedidos Matteo Renzi, secretario de los progresistas, y el primer ministro Paolo Gentiloni. Los sondeos oficiales daban como estables a la derecha (35%), en leve subida a los progresistas (25%) y en ligera caída a los indignados (26%-27%). Ninguno alcanza el 40% de votos para gobernar.

Por primera vez el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, aliado con la Liga y la extrema derecha de Hermanos de Italia (FdI), pudo poner su as sobre la mesa, presentando oficialmente a Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, como candidato a jefe de un Gobierno conservador. Lo anunció en la primera y única vez en la que los tres líderes se presentaban juntos. También por vez primera Berlusconi prometió y casi juró que «no haremos ninguna alianza con nadie, aunque perdamos las elecciones». Se lo pedía insistentemente desde hacía semanas Giorgia Meloni, secretaria de FdI, que el miércoles visitó al «héroe» de la derecha italiana, el primer ministro magiar, Viktor Orbán, el de los muros contra los inmigrantes, y que espera que el primer ministro sea Matteo Salvini, secretario de la xenófoba Liga, y no Tajani. En los últimos días Salvini flirteó con los ultras de CasaPound, pero Berlusconi se negó en banda a subirles al carro.

Renzi, secretario del Partido Demócrata (PD, progresistas), hizo un acto de humildad y por primera vez se refirió a los resultados. «Apoyaré cualquier jefe de Gobierno que indique mi partido», dijo al final de una campaña en la que nunca quiso decir si era él o no el candidato para el cargo, o si lo era Paolo Gentiloni, quien le sustituyó al dimitir el pasado año. Al primer ministro le vino bien cerrar los mítines brindando cifras, porque, justo el jueves, el Instituto Nacional de Estadística (ISTAT) había desvelado los últimos datos económicos, todos positivos: el PIB ha subido (1,5%), la deuda ha bajado (131,5%), el paro ha subido solo ligeramente (está en el 11,1%, por el 8,6% de la UE) pero ha descendido el de los jóvenes (-1,2%). «Estos datos confortan», dijo Gentiloni.

Luigi Di Maio, candidato por los indignados del Movimiento Cinco Estrellas (M5S), cerró la campaña con un happening escenificado de tres días en los que fue dando, gota a gota, los nombres de los 17 ministros de su Gobierno, sin importarle que las elecciones no se hubiesen aún celebrado. Se trata de 17 personalidades por todos reconocidas como competentes y prestigiosas, tal vez desconocidas para el gran público, entre las cuales figuran cinco mujeres.