El tribunal correccional de París dio ayer una sonora sorpresa en uno de los culebrones judiciales más largos de Francia: el que ha enfrentado durante más de una década al polémico exministro y empresario próximo a Nicolas Sarkozy, Bernard Tapie, con el banco Crédit Lyonnais por la venta de Adidas.

Los jueces absolvieron a Tapie de un delito de estafa al no hallar pruebas de fraude en el arbitraje al que recurrió en el 2008 para solucionar el contencioso, y que le permitió cobrar del Estado francés una indemnización de 403 millones de euros.

La tesis de la fiscalía, que había pedido para Tapie cinco años de cárcel, queda así desmontada al negar el tribunal que optar por un proceso de arbitraje fuera en sí sospechoso. La sentencia lo considera «completamente legal y justificado» teniendo en cuenta las fases y duración del proceso y dice que «no fue contrario a los intereses del Estado». El Ministerio público no ha desvelado si recurrirá el fallo.

El caso arranca en realidad en 1992, cuando Tapie decide deshacerse de Adidas para evitar un conflicto de intereses, dado que en ese momento ocupa un ministerio en el Gobierno de Pierre Bérégovoy, primer ministro de François Mitterrand. Tapie encarga la operación financiera a una filial del Crédit Lyonnais, entonces una banca pública, a la que terminaría acusando de haber logrado una plusvalía de casi 400 millones de euros por un opaco montaje de reventa.

Ese es el origen del litigio, del que Tapie sale victorioso gracias al polémico arbitraje del 2008 que generó un notable escándalo y llegó a sentar en el banquillo a la entonces ministra de Economía de Nicolas Sarkozy, Christine Lagarde, hoy al frente del Fondo Monetario Internacional y futura directora del Banco Central Europeo. Se le reprochó acudir a un arbitraje y no a la justicia ordinaria para resolver el conflicto de Tapie con el Estado y fue condenada por negligencia en 2016, pero dispensada por el Tribunal de Justicia de la República.