El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, invitó al empresariado a no anunciarse en la "prensa podrida" que busca derrocarlo, tras la polémica levantada por apoyar un acto contra los Poderes Legislativo y Judicial convocado para el 15 de marzo, que hoy negó estar incentivando.

"La prensa, no estoy reclamando, es una afirmación, como regla tiene como combustible la mentira", dijo el líder ultraderechista en su tradicional transmisión semanal en redes sociales, en la que se centró principalmente en criticar a los medios de comunicación.

"Es una vergüenza lo que hace la prensa brasileña", completó para posteriormente cargar directamente contra la periodista Vera Magalhaes, del diario 'Estado de Sao Paulo'.

Bolsonaro lo niega todo

Magalhaes reveló que Bolsonaro compartió un vídeo por Whatsapp en el que es presentado como un héroe que desafía "a los poderosos" y se convoca a la ciudadanía a manifestarse el 15 de marzo a su favor y en contra del Congreso, que ha frenado varios de sus proyectos legislativos.

La acción del mandatario fue condenada por importantes líderes políticos, partidos de la oposición y hasta por varios magistrados de la Corte Suprema. Bolsonaro, en el poder desde el 1 de enero de 2019, se refirió al trabajo de Vera Magalhaes, del que dijo que "necesita tener un poco más vergüenza", como "un trabajo guarro más" de la prensa brasileña.

"No existe eso de que estaría estimulando un movimiento contra el Congreso y el Judiciario. No podemos envenenarnos con esa prensa podrida que tenemos ahí, en gran parte podrida", expresó.

Boicot contra la prensa

En este sentido, Bolsonaro anunció que en marzo tendrá una reunión con empresarios en Sao Paulo a los que invitará a que "no se anuncien" en "esos periódicos, esas revistas, como la Revista Época o el diario Folha de Sao Paulo" porque "trabajan contra el Gobierno".

"Y si el Gobierno va mal, toda la economía de Brasil va a sufrir. Uno no puede dar dinero para una prensa que miente todo el tiempo. Hay buenas revistas, hay buenos periódicos, ahora bien, cuando uno se anuncia en la Folha (de Sao Paulo) está ayudando a hundir Brasil, todo el tiempo quieren derrotarme", reclamó.

Bolsonaro también sugirió que las críticas que recibe de la prensa responden a su negativa de gastar 1.000 millones de reales (unos 225 millones de dólares) por año, que según él "era la media que otros gobiernos gastaban", con propaganda oficial. "Nosotros estamos gastando, tal vez, alrededor del 10 % de eso", dijo.

La bipolaridad de Bolsonaro

El gobernante brasileño afirmó que respeta la independencia de los poderes, pero al mismo tiempo reclamó sobre ambos. Sobre el Congreso admitió que "realmente" no está consiguiendo aprobar lo que él quiere y se quejó de que los parlamentarios no discutan ni voten sus proyectos de ley.

Entre ellos, citó uno que propone aumentar la fecha de validez del carné de conducir de 5 a 10 años y otro más polémico que permite la minería y la generación de energía eléctrica en las reservas indígenas del país, la mayoría de ellas situadas en la Amazonia.

De hecho, supeditó la aprobación de este último texto a poder fiscalizar de forma más eficiente los delitos medioambientales que se dan en el mayor bosque tropical del planeta.

"Ahora bien, no me vengan a exigir que fiscalice un área del tamaño de la región sudeste" del país, que es "el equivalente a las tierras indígenas demarcadas en Brasil", que fiscalice "robo de madera, contrabando de piedras preciosas, robo de biodiversidad porque no hay cómo hacer eso", manifestó.

Otras quejas de Bolsonaro

En su opinión, con ese proyecto el indígena "iba a ser tratado como un ciudadano brasileño" y a tener "esa libertad" para explotar sus tierras, lo que, por otra parte, ha sido duramente criticado por los movimientos ecologistas y pro derechos humanos.

El mandatario también cuestionó algunas decisiones judiciales, como la que tumbó una medida en la que ordenaba la retirada de los radares móviles de las carreteras.

Asimismo, se quejó de otro fallo judicial que suspendió por unos meses el nombramiento de Sergio de Camargo, un periodista negro que minimizó la existencia del racismo en Brasil, como presidente de la Fundación Palmares, responsable por la promoción de la cultura negra y la igualdad racial en el país.