La sede principal del Parlamento Europeo está, por Tratado, enEstrasburgo. Una ciudad que evoca como ninguna otra la reunificación del viejo continente aunque para muchos de sus eurodiputados sea indefendible como lugar de trabajo. El desplazamiento mensual hasta la capital alsaciana supone un gasto extra de 114 millones de euros al año -hasta 200 millones según algunos de sus más acérrimos detractores- y unas emisiones adicionales de CO2 de entre 11.000 y 19.000 millones de toneladas anuales. Miembros del partido de la cancillera Angela Merkel quieren aprovechar el 'brexit' para relanzar el debate de la sede única y derribar un muro que hasta ahora ha sido imposible de eliminar.

La batalla anti-Estrasburgo nunca ha abandonado del todo la actualidad europarlamentaria. Sin embargo, ninguna de las iniciativas lanzadas en el pasado por los eurodiputados interesados en terminar con lo que muchos denominan “circo itinerante”, el viaje semanal mensual de Bruselas a Estrasburgo, ha tenido éxito. La capital alsaciana está blindada jurídicamente -debe acoger con una cadencia regular doce períodos de sesiones plenarias ordinarias, según sentencia del Tribunal de Justicia- y por muchos intentos que haya ninguna propuesta logrará tener éxito si no consigue antes el beneplácito del gobierno francés ya que cualquier modificación exige el visto unánime de todos los Estados miembros.

La CDU alemana, la principal delegación del PPE, cree que ha llegado el momento de relanzar la discusión y aprovechar la salida de Reino Unido de la Unión Europea para corregir una situación que genera un agujero importante en las arcas comunitarias y complica enormemente el trabajo parlamentario. “El circo itinerante entre Bruselas y Estrasburgo ha provocado un creciente resentimiento. Especialmente en momentos como este, en el que la Unión Europea tiene un problema de aceptación, tenemos que encontrar una solución”, reivindica Peter Liese en un documento de trabajo que ha elaborado de cara a un nuevo debate previsto para este miércoles.

LA MONEDA DE CAMBIO

Su plan para convencer a Francia de que ceda en tan sensible debate pasa por trasladar de Londres a Estrasburgo la deseada Agencia Europea del Medicamento (EMA) que también disputa la ciudad de Barcelona, junto a otra treintena larga de ciudades europeas. “La decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea ha creado una nueva y única oportunidad de reubicar una agencia renombrada y con un largo bagaje y personal. Es interesante ver que aunque está situada en Londres, Francia tiene la mayor proporción de trabajadores. Casi 900 trabajadores permanentes. En comparación, el Parlamento Europeo en Estrasburgo -tiene una sede de trabajo habitual en Bruselas y otra en Luxemburgo- emplea a muy pocas personas. La EMA recibe 36.000 visitas al año. Esto podría compensar un alto porcentaje de ocupación hotelera si se cancelaran las sesiones plenarias en Estrasburgo”, expone Liese que destaca entre los puntos fuertes de esta candidatura -el gobierno francés apoya en cambio la de Lille- la disponibilidad de un edificio con suficiente espacio, numerosos intérpretes disponibles, un entorno médico potente, una universidad puntera y distintos centros de investigación médicos alrededor.

Pero por si la EMA no fuera suficiente caramelo el eurodiputado alemán plantea la posibilidad de situar también en Estrasburgo la futura capacidad militar de planificación, una especie de embrión de cuartel militar europeo, mantener una sesión al año del pleno del Parlamento Europeo y celebrar algunas cumbres de jefes de estado y de gobierno en la capital alsaciana. “El intento de encontrar una solución requiere una acción común y superar el egoísmo nacional, poniendo por delante al ciudadano europeo y nuestra causa común. Debido al nuevo gobierno pro-europeo y la posibilidad de hacer una oferta atractiva a Estrasburgo y Francia, hay una oportunidad única”, reclama en un documento que arranca con un título claro sobre los motivos de fondo que esconde su propuesta: “ahorrando dinero de los contribuyentes”.