A la Comisión Europea se le ha acabado la paciencia con Hungría. El mismo día en que su primer ministro, Viktor Orbán, ha acudido alParlamento Europeo a defenderse -por tercera vez desde el año 2012- de las acusaciones de Bruselas por su deriva autoritaria, el Ejecutivo comunitario ha anunciado un procedimiento de infracción por las dudas que suscita la nueva ley sobre universidades y que podría abocar al cierre a la Central European University (CEU) de Budapest, financiada por el multimillonario estadounidense George Soros.

El Ejecutivo comunitario ha decidido dar el paso tras un análisis jurídico en profundidad en el que ha constatado una posible vulneración de las reglas europeas en materia de libertad de establecimiento, de prestación de servicios y de libertad académica. “La ley de enseñanza superior recién aprobada se ha percibido como un intento liderado por cerrar Central European University, que es una perla de libertad” y “el dictamen jurídico de la Comisión ha corroborado nuestra opinión sobre su compatibilidad con la Carta Europea de Derechos Fundamentales. Por eso hemos decidido mandar una carta de amonestación”, ha explicado este miércoles el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, durante un debate de urgencia celebrado en la Eurocámara sobre la situación en Hungría.

Las autoridades húngaras tienen ahora un mes para responder por escrito pero su primer ministro Orban, como es habitual, no ha perdido un segundo y se ha plantado este mismo miércoles ante el pleno del Europarlamento para defender personalmente sus medidas y arremeter contra los críticos. Y al primero que ha disparado ha sido precisamente a Soros a quien ha acusado de “atacar Hungría”, “destruir la vida de millones de europeos con su especulación financiera” y de ser “un enemigo declarado del euro”.

Según el primer ministro húngaro, la acusación de que pretende cerrar la universidad es “infundada” y su intención con la nueva ley es terminar “con el sistema de privilegios” del que según él gozan las universidades extranjeras. “Es mi deber garantizar que las universidades húngaras y europeas estén en pie de igualdad y no en desventaja frente a las extranjeras, independientemente de lo poderosos que sean sus dueños”, se ha defendido.

CONSULTA SOBRE EUROPA

El líder del Fidesz también ha saltado en defensa de su consulta porque lo que pretende, ha dicho, es hacer un diagnóstico de lo que no funciona en la Unión Europea. “Estamos comprometidos con la UE y esto es incuestionable. Pero en muchos aspectos no estamos satisfechos sobre cómo funciona la UE. Queremos corregir los errores y reformarla”, ha dicho irritado con quienes les critican por hablar con claridad. “No se dejen llevar por prejuicios y utilicen la misma vara de medir”, ha reclamado a los eurodiputados.

Algunos grupos como el PPE, al que pertenece Orban, han dejado claro que están dispuestos a darle el beneficio de la duda. Su líder, Manfred Weber, ha cuestionado la ley de universidades pero ha salido en su defensa y se ha negado a convertir a Hungría “en el coco de Europa” atacando a los socialistas por un caso que ha salpicado al primer ministro maltés, el socialista Joseph Muscat. La mayoría sin embargo, como socialistas, liberales, verdes y la izquierda han arremetido contra su deriva. “¿Hasta donde piensa llegar?”, le ha espetado Guy Verhoftstadt. “Usted quiere el dinero europeo pero no los valores”. El euroescéptico británico Nigel Farage le instado a “liberarse de la utopía de la Europa supranacional” mientras que el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, le ha pedido que resista. “En vez de ensañarnos con Hungría habría que defender nuestras fronteras”.

LOS OTROS FRENTES

Más allá de la nueva ley educativa, a la Comisión Europea también le preocupa la nueva ley que tramita el gobierno húngaro para imponerrestricciones a las oeneg¿s que reciben financiación del extranjero, la legislación en materia de inmigración adoptada en los últimos meses y que sigue despertando muchas dudas en Bruselas y también la consulta pública lanzada por el propio Orban bajo el lema “Stop Bruselas” por estar “llena de malentendidos” y declaraciones falsas que la Comisión Europea ha desmotado también este miércoles.

Aún así, Bruselas descarta por ahora activar el artículo 7 del Tratado que recoge la suspensión del derecho de voto en el Consejo. Una especie de “opción nuclear” que los gobiernos tienen en su manos para castigar a los Estados miembros que vulneran el Estado de derecho. Un botón que varios grupos de la Eurocámara han pedido activar durante el pleno. “Es necesario iniciar de forma urgente este procedimiento de infracción. Hasta ahora la Comisión Europea se ha negado a iniciar acciones concretas contra el gobierno húngaro. Esto debe cambiar de inmediato. En Hungría no solo las universidades están amenazadas, sino la democracia y el estado de derecho en general”, ha lamentado Ernest Urtasun.