Las noticias falsas se propagan a un ritmo inquietante. Amenazan la reputación de los medios y suponen un riesgo para nuestros valores democráticos. Por eso es necesario elaborar mecanismos para identificar informaciones falsas y limitar su circulación», defendió ayer la comisaria de sociedad digital, Mariya Gabriel, después de la primera reunión del grupo de expertos de alto nivel creado por la Comisión Europea con el objetivo de buscar soluciones a la desinformación y a las noticias falsas que se divulgan a través de internet.

Este es el terreno en el que se moverá este grupo de 40 expertos representantes de universidades, plataformas en línea, medios de comunicación o sociedad civil y que arrancó sus trabajos ayer en Bruselas. «Nadie tiene intención de convencer a los ciudadanos a que se crean o no determinada información pero si no tomamos medidas contra las noticias falsas corremos el riesgo de que la situación se envenene», avisó Gabriel. Su objetivo es recabar opiniones y presentar una estrategia esta misma primavera.

Entre los expertos que trabajarán codo con codo con Bruselas, elegidos de entre más de 300 candidatos, se encuentra la periodista española Clara Jiménez, que gestiona el proyecto de Maldito Bulo y Maldita Hemeroteca. El grupo estará liderado por la profesora y presidenta del órgano europeo de regulación de medios, Madeleine de Cock. Su primera tarea será intentar acotar qué se entiende por fake news o noticia falsa, ya que no todos los contenidos, reconoce la Comisión, son ilegales.

Además, la forma de consumir información ha cambiado radicalmente de la mano de las nuevas generaciones y, sobre todo, de las nuevas tecnologías digitales. Hasta el punto de que solo el 32% del tráfico acude a informarse directamente a las páginas webs de los medios de comunicación, mientras que el 68% se canaliza a través de plataformas, con Google y Facebook como los grandes árbitros del sistema y un papel cada vez más predominante y destacado en el periodismo.

Muchas informaciones falsas, alerta el Ejecutivo comunitario, pueden incluir links con el objetivo de recolectar el máximo número de clics posibles y aumentar así los ingresos vía terceros, o contenido manipulado para influir en determinados debates abiertos en la sociedad, información falsa para dañar el sistema político o propaganda para influir en procesos electorales. «Como tal tiene el potencial de dañar a los ciudadanos obstaculizando sus posibilidades de escoger información de forma correcta», advierte la Comisión.

ENFOQUE EUROPEO / Uno de los temores expresados por la Unión Europea en los últimos meses es el papel de las noticias falsas y su posible injerencia en los procesos electorales. De momento ningún Estado se ha dotado de una legislación concreta para combatir las noticias falsas, pero dirigentes como el presidente francés, Emmanuel Macron, han anunciado su intención de promover una ley. Italia también lo está considerando, mientras que otros como Bélgica han respondido con escepticismo a esta posibilidad.

«A primera vista dudo de que una prohibición legal sea la mejor forma de combatir este fenómeno», asegura su ministro de Justicia, Koen Geens. «Una prohibición corre el riesgo de generar muchos problemas vinculados a la interpretación», sostiene. Igual de precavida se ha mostrado la comisaria Gabriel. Aunque ha eludido criticar públicamente la iniciativa de Macron, considera que antes de legislar es necesario reflexionar y buscar «un enfoque europeo para evitar el riesgo de fragmentación» en la UE.