El amago del futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de condicionar la implicación de Estados Unidos en la OTAN a un aumento del gasto militar europeo ha llevado a la Comisión Europea a acelerar sus planes en materia de defensa y a poner sobre la mesa nuevas propuestas encaminadas a reforzar su autonomía. La última iniciativa, aprobada por el colegio de comisarios en el marco del plan de seguridad y defensa, apuesta por crear un fondo europeo estratégico común de defensa para mejorar la eficacia del gasto militar, reducir duplicidades y desarrollar nuevas capacidades. El instrumento nace, de momento, con recursos más bien limitados.

El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ya incluyó el relanzamiento de la defensa europea entre sus prioridadesdurante el último debate sobre el estado de la Unión en septiembre pasado. Pero la victoria del candidato republicano y la inestabilidad política alrededor de la UE ha llevado a implantar la idea de que es necesario mejorar el gasto y sobre todo su eficacia. "Lo qe proponemos es que se utilicen mucho mejor los recursos existentes para obtener mejores resultados. Es posible", insiste el vicepresidente de la Comisión Europea, Jyrki Katainen.

El nuevo fondo se desgajará en dos ámbitos de actuación. La primera, una “ventana de investigación”, destinada a financiar la investigación conjunta en tecnologías innovadoras tanto en materiales como en software o robótica. Un elemento que arrancará con una pequeña partida inicial de 25 millones de euros en el presupuesto de 2017 y que en Bruselas confían en aumentar gradualmente hasta los 90 millones en 2020. A partir de esa fecha la idea es dedicar unos 500 millones de euros anuales.

El segundo ámbito de actuación, bautizado por Bruselas como“ventana de capacidades”, pretende aunar la inversión con el objetivo de reducir el gasto militar de forma que los Estados miembros vean reducida la factura por el eventual desarrollo proyectos como nuevos drones o la compra de equipamiento como aviones. La propuesta incluye la creación de una estructura que actuará de paraguas y que centralizará las contribuciones de los Estados miembros. Según las estimaciones de Bruselas, potenciando esta vía podrían movilizar cada año unos 5.000 millones de euros que es la cifra requerida para cubrir la laguna inversora.

"El problema en el ámbito de defensa es múltiple. Se repiten los gastos. Todos los Estados miembros invierten en los mismos equipos cada uno por su lado. Tenemos problemas de interoperabilidad porque no hay suficiente coherencia. Hay una brecha tecnológica e insuficiente en la economía de escala. El 80% de la contratación pública se hace sobre la base nacional y el mercado europeo es limitado", ha relatado Katainen.

EUROBONOS Y DÉFICIT

Para hacer frente a estos problemas, el plan contempla la posibilidad de impulsar la inversión por medio de una especie de eurobonos de defensa, a modo de garantías públicas para respaldar las inversiones, y para impulsar el apetito entre los Estados miembros propone que este tipo de gasto no compute en el cálculo del déficit público. Además, aspiran a implicar a los fondos estructurales y al Banco Europeo de Inversiones en la ecuación, y reforzar el mercado interior para facilitar que los Estados miembros maximicen el resultado los beneficios en sus licitaciones. Y es que la falta de cooperación actual en el ámbito de la seguridad y la defensa tiene un coste que Bruselas cifra entre 25.000 y 100.000 millones de euros anuales.

“Sin una inversión sostenible en defensa la industria europea se arriesga a lograr la habilidad tecnológica para construir la próxima generación de capacidades de defensa” y esto “afectará en última instancia a la autonomía estratégica de la Unión”, alerta la Comisión Europea que considera positivo para la economía un aumento del gasto ya que por cada euro invertido se obtendría un retorno de 1,6. Según las estimaciones, la industria de defensa europea mueve anualmente entorno a 100.000 millones de euros y emplea a 1,4 millones de trabajadores de forma directa e indirecta.

Pese a esta fotografía, la Unión Europea sigue estando muy por detrás de Estados Unidos en gasto en defensa. En 2015, Washington gastó dos veces más que la UE y no es el único actor internacional que apuesta por desarrollar este sector. Durante la última década China ha aumentado un 150% su gasto en defensa frente al 12% de la UE. La propuesta llegará a la mesa de los jefes de estado y de gobierno de la UE el 15 y 16 de diciembre.