El brexit caótico se ha convertido «en la hipótesis cada vez más probable» con la que trabaja la Unión Europea, según admitió ayer de nuevo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. La cuenta atrás, sin embargo, no ha concluido y hay tiempo para detener el reloj. Pero el plazo expira el próximo 12 de abril a medianoche y si para entonces la primera ministra británica, Theresa May, no ha logrado ratificar el acuerdo de salida, no habrá nueva prórroga corta.

«Tenemos algunos días más. Si el Reino Unido está en condiciones de aprobar el acuerdo de retirada con una mayoría viable de aquí al 12 de abril, la Unión Europea también debería poder aceptar una prolongación al 22 de mayo», indicó el político luxemburgués durante un nuevo debate celebrado en la Eurocámara en respuesta al anuncio de May de sentarse a negociar con el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn y pedir una prórroga «tan corta como sea posible».

Pero si para el 12 de de abril la Cámara de los Comunes no se ha pronunciado, «no podrá haber ninguna prolongación aunque sea de corta duración». Después de esa fecha «podríamos poner en peligro el desarrollo correcto de las elecciones al Parlamento Europeo y el buen funcionamiento de la UE», zanjó. Juncker.

La decisión sobre este eventual nuevo aplazamiento la tendrán que tomar de nuevo los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en la cumbre extraordinaria convocada el 10 de abril. Una cita que arrancará a las 6 de la tarde y en la que May deberá informar de sus intenciones. «La escucharemos y decidiremos el camino a seguir», pero «trabajaremos hasta el último momento para evitar un no acuerdo», aseguró Juncker, alertando de que los únicos que se beneficiarán de una salida caótica serán «los adversarios de un orden mundial basado en reglas, los populistas y nacionalistas» y «los que quieren debilitar la UE y, no se equivoquen, también el Reino Unido».

El luxemburgués reiteró que la UE puede ser flexible con la declaración política sobre la relación futura y comenzar a negociar un futuro acuerdo comercial en cuanto se firme el acuerdo de retirada. «Antes incluso de que se seque la tinta. Michel Barnier (el negociador de la UE) está preparado», aseguró, dispuesto a satisfacer la opción que más convenga a los británicos: un acuerdo de libre comercio, una unión aduanera o la integración en el espacio económico europeo.

91 PLANES DE CONTINGENCIA / El panorama, sin embargo, no pinta bien y Juncker volvió a referirse a los preparativos en marcha en caso de brexit caótico. «No es el resultado que deseo, pero hemos conseguido que la UE esté en condiciones de afrontarlo», aseguró, recordando que ya han adoptado 91 planes de contingencia y varias legislaciones para minimizar el impacto. «Las medidas que hemos tomado van a atenuar los impactos más duros de un no acuerdo», pero «las turbulencias para empresas y ciudadanos serán inevitables», admitió.

Una de las repercusiones más inmediatas en caso de brexit sin acuerdo será la reinstauración de los controles sobre bienes y mercancías, que afectarán tanto a empresas como a ciudadanos de a pie, que verán cómo de la noche a la mañana no podrán cruzar desde el Reino Unido hacia la UE con determinadas mercancías en sus maletas. Por ejemplo, los viajeros procedentes del territorio británico tendrán absolutamente prohibido transportar cualquier tipo de producto de origen animal y tendrán que declarar si transportan una suma superior a los 10.000 euros.