Italia es consciente de que el borrador de presupuesto para 2019 que remitió a Bruselas el pasado 15 de octubre no es conforme con las reglas de aplicación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. El ministerio de finanzas que dirige Giovanni Tria ha dejado claro en las últimas semanas que no tiene intención de modificarlo y tras días de avisos y advertencias, la Comsisión Europea ha decidido cortar por lo sano. En una decisión política sin precedentes, el Ejecutivo comunitario ha decidido tumbar las cuentas italianas y pedir a Roma que envíe una nuevo presupuesto en un plazo de tres semanas.

La obligación de remitir a Bruselas los presupuestos antes del 15 de octubre de cada año fue instaurada a raíz de la eurocrisis y la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento en 2013, para mejorar la coordinación de las políticas económicas de los países del euro y evitar riesgos para la estabilidad de la Eurozona y el euro. Concretamente, el artículo 7 del reglamento 473 de 2013 da la potestad a Bruselas de echar atrás unas cuentas en un plazo de 15 días. Y eso es lo que ha hecho este martes la Comisión en la primera decisión de este tipo que toma en su historia.

Bruselas responde así al desafío del Gobierno italiano que remitió un borrador presupuestario el pasado 15 de octubre que dispara el gasto público y triplica el déficit pactado con la UE, elevándolo al 2,4% del PIB en 2019 (frente al 0,8% previsto), el 2,1% en 2020 y el 1,8% en 2021. Una decisión "dificil pero necesaria porque el Producto Interior Bruto sigue por debajo de los niveles previos a la crisis y los sectores más desaventajados de la sociedad italiana están experimentando condiciones econçomicas dramáticas", justificó el lunes Roma en la carta de aclaraciones remitida a la Comisión Europea.

A partir de ahora las autoridades italianas tendrán tres semanas de plazo para remitir nuevas cuentas a Bruselas. Si tal y como a priori parece optan por mantener su borrador y no cambian el rumbo de su política presupuestaria, el único instrumento que tiene Bruselas a mano es abrir un procedimiento sancionador por deuda excesiva que solo se traduciría en sanciones el final de un largo proceso que tampoco ha si utilizado jamás. Según el cuadro remitido a Bruselas, el Gobierno italiano se compromete a reducir la deuda pública, del 131,% del PIB al 126,5%, muy por encima del 60% que fija como umbral el Pacto. Pese a este nuevo movimiento, en Bruselas siguen confiando en que sean los mercados quienes devuelvan a la realidad a la coalición de gobierno formado por la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas.