El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, están listos para su segunda cumbre, apostando a que su relación personal puede superar las diferencias en torno a las armas nucleares de Pyongyang y poner fin a más de 70 años de hostilidades.

A pesar de los escasos avances hacia su meta declarada de terminar con las armas nucleares de Corea del Norte desde que el año pasado se reunió con Kim en Singapur, Trump ha dicho que está totalmente comprometido con su diplomacia personal con el líder norcoreano.

Trump dijo a fines del año pasado que él y Kim, se “habían enamorado” y en la víspera de su viaje a la segunda cumbre, declaró que ambos han desarrollado una “relación muy, muy buena”.

CONCRETAR ACCIONES

El tema que dominará las negociaciones en Hanoi, capital de Vietnam, es si la afabilidad puede llevarlos más allá de la pompa de la cumbre, a conseguir avances sustanciales hacia la eliminación del arsenal nuclear de Corea del Norte que amenaza a Estados Unidos. “Esta afinidad es la principal fuerza motora para desarrollar mejores relaciones”, dijo Harry J. Kazianis, director de Estudios de Corea en el Center for the National Interest.

“Claramente, se necesita una base más sólida para el diálogo que Kim Jong-un y Trump. No hay dos personas que tengan hombros lo suficientemente anchos para asumir solas el peso de temas tan difíciles que se han prolongado por 70 años”, agregó.

Trump y Kim tendrán una conversación cara a cara en la tarde del miércoles, seguida por una cena acompañados de dos invitados e intérpretes, dijo la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, a bordo del Air Force One, además ellos tendrán “una serie de reuniones” también el jueves próximo, agregó.

MÁS PRESIONES EN ESTA REUNIÓN

En Singapur, ambos se comprometieron a trabajar por la desnuclearización y la paz permanente en la península de Corea. Corea del Norte y Corea del Sur técnicamente han estado en guerra desde un conflicto de 1950 a 1953, que terminó con una tregua y no con un tratado.

La reunión de Singapur -la primera entre un presidente de Estados Unidos en funciones y un líder norcoreano- terminó con pocos detalles sobre cómo desmantelar las armas nucleares y misiles balísticos de Pyongyang.

Ambas partes probablemente se sentirán presionadas para acordar medidas específicas en este oportunidad, qué pasos concretos tomará Corea del Norte para renunciar a las armas que amenazan el territorio continental de Estados Unidos y qué ofrecerá Washington a cambio.