“¿Qué ideas tienes?”, quiere saber uno. “No son para hablar por teléfono. Después te quería llamar por Skype”, le responde su aparente jefe. No hubo sigilo posible. La organización que intentó mandar casi 400 kilos de cocaína a Rusia en valijas diplomáticas fue desbaratada con el arresto de cinco de sus miembros, entre ellos un policía de la ciudad de Buenos Aires. Los otros cuatro fueron detenidos en Moscú.

La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, consideró el operativo que llevó a desarticular a la banda como “uno de los más complejos y extravagantes”. Los delincuentes querían trasladar la droga en 12 maletas que se encontraban en la Escuela de la Embajada de Rusia en Argentina. En el 2017, el embajador ruso en Buenos Aires, Víktor Koronelli, ya había denunciado ante la justicia de este país la red de traficantes que finalmente fue descubierta.

EL 'SEÑOR K'

Después de un año de tareas de inteligencia, escuchas telefónicas y la colocación de un GPS en las maletas para rastrear el cargamento, se llegó a los responsables. El subinspector bonaerense Iván Blizniouk, que habla ruso con fluidez, resultó ser uno de los eslabones fundamentales. Las autoridades buscan al principal organizador de la banda, un supuesto 'Señor K', quien tenía los contactos con funcionarios de la embajada rusa.

El operativo de las fuerzas de seguridad tuvo algo de cinematográfico. Cuando detectaron el modo en que los traficantes trataban de sacar del país la cocaína, efectivos de la Gendarmería la reemplazaron por harina. En Moscú detuvieron a los que fueron a buscar el cargamento.