La explosión de un camión bomba se saldó este martes con la muerte de 52 personas en la ciudad de Afrin, en el noroeste de Siria. Según el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos, la mayoría de las víctimas fueron provocadas por un incendio desatado en un mercado en la zona a causa de la explosión del vehículo cisterna, aparentemente cargado de combustible.

El Ministerio de Defensa turco, país que controla el noroeste de Siria, acusó a las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo de haber cometido el atentado. Mientras, Las Fuerzas Democráticas Sirias condenaron la matanza y criticaron la «política destructiva» de la «ocupación turca en la zona». El secretario general de la ONU, António Guterres, también mostró su condena por el atentado reiteró la petición de «un alto el fuego completo» e «inmediato» en la zona.