La alerta en Estados Unidos ante la injerencia desde Rusia en sus asuntos nacionales no cesa, y aunque parece que se mantiene una estrategia identificada primero en las elecciones presidenciales del 2016 consistente en ataques informáticos, hay señales de que se amplían y diversifican las tácticas. En las últimas horas, Microsoft ha informado de que ha frenado la publicación de varias páginas falsas creadas por piratas relacionados con el espionaje militar ruso, incluyendo dos que los hackers habían vinculado a dos laboratorios conservadores de ideas.

Nadie ve casual la elección del Hudson Institute y el International Republican Institute, los dos think tanks puestos en la diana. Representan ideas conservadoras y ambos han sido críticos con Donald Trump y Vladímir Putin. De hecho han promovido la búsqueda de más sanciones contra Moscú y han denunciado abusos de derechos humanos en Rusia y los excesos de oligarcas del país.

«Son organizaciones informalmente vinculadas a los republicanos», le reconocía a The New York Times Brad Smith, presidente de Microsoft, que ha hablado de «otro repunte en ataques» cibernéticos que atribuye a «regímenes autoritarios que buscan fracturar y astillar grupos» en la sociedad estadounidense. Eric Rosenbach, director de un proyecto de Harvard que lucha por la democracia digital, también decía al Times que la desarticulación de páginas falsas «es otra demostración de que los rusos no están buscando ataques partidistas, sino que perciben en su propio interés nacional».

Aunque Microsoft no ha hablado de GRU -unidad de espionaje militar ruso a 12 de cuyos miembros imputó el mes pasado el fiscal especial Robert Mueller-, sí ha señalado al gobierno del Kremlin y ha hecho mención a un grupo de piratas vinculados a GRU, conocido como APT28, Strontium o Fancy Bear. La campaña desarticulada también había creado tres páginas falsas que se hacían pasar por webs del Senado.