A menos de una semana de la votación en Estrasburgo, la conservadora alemana Ursula von der Leyen no tiene el camino despejado hacia la presidencia de la Comisión Europea. Más allá de su familia política, el Partido Popular Europeo, ninguno de los otros dos grandes grupos de la cámara -Socialdemócratas y Liberales- le han garantizado su apoyo en la investidura prevista para la próxima semana. Todo lo contrario. Durante el maratón de audiencias de ayer ambos grupos expresaron dudas ante la «vaguedad» de sus respuestas y le pusieron deberes a cambio de su apoyo. Los Verdes, el cuarto grupo de la cámara, anunció que votará en contra.

«No hemos recibido suficientes respuestas, así que le enviaremos nuestras peticiones por escrito y la evaluaremos en función de las respuestas que recibamos. Mantendremos un debate en el grupo y después tomaremos una decisión», anunció la presidenta de los Socialdemócratas, Iratxe García, tras las dos horas de examen a puerta cerrada al que sometieron a la candidata designada por los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la UE para sustituir al luxemburgués Jean-Claude Juncker.

DIVISIÓN / Los socialistas afrontan este crucial voto -Von der Leyen necesitará al menos 376 votos- divididos y decepcionados con el acuerdo sobre altos cargos cerrado por los líderes europeos, que aupó a la ministra de Angela Merkel en detrimento del socialista Frans Timmermans. Algunas delegaciones, como la alemana, anunciaron que no darán su aval y hay otras delegaciones que ven con escepticismo el nombramiento.

Según fuentes del grupo, la intervención de Von der Leyen fue «floja» y dejó más preguntas que respuestas. La misma sensación que dejó en otras reuniones. «Se esperaba más de ella», admitió otra fuente.

Pese a la predisposición de los liberales de Renovar Europa a dar su aval la próxima semana, este grupo también ha puesto precio a su apoyo. «Nuestro grupo quiere jugar un papel constructivo, pero nuestro voto no se puede dar por hecho. Hemos escuchado mensajes positivos, pero necesitamos compromisos claros», resumió el jefe de filas de los liberales de Renovar Europa, Dacian Ciolos.

CUATRO ELEMENTOS / Si Von der Leyen quiere su respaldo tendrá que comprometerse con cuatro elementos: apoyar una conferencia sobre el futuro de Europa, crear un mecanismo sobre el estado de derecho para todos los estados miembros que incluya sanciones, crear listas transnacionales para las próximas elecciones europeas y dar garantías de que Timmermans y la liberal danesa Margrethe Vestager tendrán el mismo peso y rango político como vicepresidentes.

El más duro de los tres exámenes fue el de los Verdes, que le interrogaron sobre política comercial, transporte, cambio climático, agricultura, inmigración, estado de derecho o defensa sin obtener respuestas satisfactorias. Hasta el punto de que el grupo, el cuarto de la cámara con más eurodiputados, anunció que votará en contra. «Ha sido decepcionante. No hemos escuchado ninguna propuesta concreta. Hemos sido elegidos para un mandato por el cambio y no vemos cómo se puede conseguir con esta candidata», dijo su copresidenta, Ska Keller.

La candidata ofreció impulsar una reducción de emisiones de CO2 del 50 % para 2030, superior al 40% actual acordado por Bruselas.

Von der Leyen se comprometió a formar un colegio de comisarios paritario, con la mitad hombres y la mitad mujeres, a dar una cartera de relevancia a Vestager, la decarbonización de la economía en el 2050 y mantener una posición fuerte en defensa del estado de derecho. Sus palabras fueron insuficientes. «No es momento ni mi papel sacar conclusiones sobre su diálogo con los grupos, pero queda trabajo por hacer», admitió el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, tras la reunión celebrada por la conferencia de presidentes que reúne a todos los presidentes de los grupos.