«La competición para ponerse al mando (…) derivó en algo parecido a una guerra de facciones cuasi violenta. Jared e Ivanka pugnaban con Priebus y Bannon, tratando de deshacerse de ellos. Bannon estaba contra Jared, Ivanka y Priebus, practicando, a juicio del resto, sus oscuras artes contra ellos. Priebus, que era el saco de boxeo de todo el mundo, simplemente trataba de sobrevivir un día más. Al final de la primavera, el panorama político general se había vuelto irrelevante. Todos estaban centrados en las batallas más letales que se vivían en la Casa Blanca. Incluían discusiones a gritos en los pasillos y en el Despacho Oval».