Continúa la espiral de protestas en Hong Kong. Solo un día después de que China exigiera el castigo inmediato para los jóvenes que protagonizan acciones contra el Gobierno desde hace tres meses, activistas sembraron el caos en la ciudad al bloquear la circulación del metro a primera hora de la mañana, cuando muchos ciudadanos se dirigían a su puesto de trabajo.

Lo que empezó como una reivindicación para evitar que los hongkoneses fueran extraditados a China para someterse a juicio, ha derivado en una protesta de más amplio calado contra el Gobierno de la región autónoma. Casi a diario, los manifestantes han protestado en distintos enclaves poniendo a prueba a las fuerzas policiales que, en ocasiones, han sido acusadas de usar una fuerza excesiva para disolver las manifestaciones.

En el caso de operación «atasco» de ayer, docenas de jóvenes, muchos de ellos enmascarados, irrumpieron en el metro bloqueando las puertas de los trenes o pulsando los botones de emergencia. También intentaron obstaculizar el tránsito en los abarrotados andenes y algunos abrumaron con preguntas innecesarias a los trabajadores del metro, ya de por sí desbordados por la situación. La acción, que concluyó a las 12 del mediodía (hora local), provocó algunos enfrentamientos entre viajeros y manifestantes.

«No sabemos cuánto tiempo vamos a estar aquí, no tenemos líder, como se puede ver se trata de una protesta masiva», explicó Sharon, de 21 años, que declinó revelar su identidad y permanece con la cara cubierta. «No es nuestra intención crear inconvenientes para los pasajeros pero tenemos que hacer entender a las autoridades el por qué de nuestra protesta y continuaremos durante el tiempo necesario», añadió la joven. La companía gestora del metro, MTR, facilitó a los viajeros afectados un servicio de autobús. Cada día, cinco millones de personas utilizan el suburbano como medio de transporte. Por la tarde, la Policía informó de que 44 manifestantes detenidos en los últimos días serán acusados de participar en disturbios violentos, un delito que se castiga con hasta diez años de prisión. La noticia provocó un nuevo enfrentamiento entre los jóvenes que acudieron a la comisaría.