Una semana después del anuncio de Annegret Kramp-Karrenbauer de que renuncia a presentar su candidatura a la cancillería y de que abandonará la presidencia de la Unión Cristianodemócrata (CDU) antes de final de este año, la carrera para suceder a Angela Merkel se ha abierto oficialmente.

La estrategia de la cancillera de ir depositando el poder paulatinamente en AKK (como se conoce popularmente a la que tenía previsto que fuera su sucesora) ha fracasado. Ahora solo queda por saber cuál de los tres hombres mejor posicionados se hará con el volante democristiano: el abogado del mundo de las finanzas Friedrich Merz, eterno candidato a la presidencia de la CDU; el primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet; o el actual ministro federal de Sanidad, el joven Jens Spahn.

A pesar de las evidentes resistencias existentes en las filas conservadoras, AKK consiguió sobrevivir al último congreso de la CDU como presidenta de la formación. Sin embargo, la cuestión de quién sería la cabeza de cartel para las próximas elecciones federales -previstas para otoño del próximo año si no hay adelanto electoral- sigue abierta.

El plan era definir la candidatura en los próximos meses, y que el candidato (o candidata) fuera ratificado en el próximo congreso federal democristiano programado para diciembre. La renuncia de AKK ha hecho saltar todo por los aires. La CDU, un partido acostumbrado durante los últimos años a vivir instalado en la tranquilidad tras sus buenos resultados electorales y por la figura de Merkel, se ve ahora acuciado por dudas y por la amenaza de que su dirección se hunda en una guerra intestina por el poder.

Antes de que la ejecutiva de la unión conservadora (la CDU y su partido hermano CSU de Baviera) se reunieran ayer, el presidente de los socialcristianos bávaros, Markus Söder, advirtió de que sin su formación no habrá un candidato de consenso. «Sin nosotros no va a funcionar», dijo. Söder parece querer así incluirse en la lista de tres candidatos que hasta ahora han sonado con más fuerza.

Está previsto que AKK se reúna a lo largo de esta semana con Merz, Laschet y Spahn para escuchar sus razones y abordar los detalles de sus posibles candidaturas. El candidato fnal se concoerá a finales de este año. Una de las primeras decisiones que tendrá que tomar el sucesor de AKK será decidir qué postura adopta el conservadurismo alemán respecto a la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), principal responsable de la actual inestabilidad.