La semana pasada, cuando estaba en pleno fragor la tormenta en Estados Unidos por el encuentro de Donald Trump con Vladimir Putin en Helsinki, el presidente estadounidense retó a todos sus críticos anunciando que invitaría al líder ruso a un encuentro bilateral en Washington en otoño. Este miércoles, ha dado marcha atrás y ha decidido posponer el cara a cara hasta el año que viene.

La noticia la ha dado en un breve comunicado el asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton. La argumentación esgrimida es que el presidente cree que el encuentro con Putin debe producirse cuando haya concluido la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la posible colusión entre la campaña y el equipo de Trump con el Kremlin durante la injerencia rusa en las últimas elecciones presidenciales, que la Casa Blanca insiste, como el presidente, en denominar “caza de brujas”.

Moscú no había contestado aún oficialmente a la invitación de Trump, que Bolton cursó hace unos días. Fuentes gubernamentales rusas habían apuntado a la posibilidad de que el encuentro se produjera no en Washington sino en el marco de alguna reunión de líderes mundiales como la del G-20 en Buenos Aires en noviembre.