Era una hipótesis pero Emmanuel Macron la ha descartado. Francia no hará un desconfinamiento por regiones, según dijo el presidente a los alcaldes con los que se reunió ayer por videoconferencia para organizar la etapa que se abrirá a partir del 11 de mayo. Eso no quiere decir que las medidas que el Gobierno anunciará a finales de mes no puedan adaptarse a la realidad de cada territorio. Además, la operación de desescalada se preparará en estrecha colaboración con los alcaldes.

Macron sigue así la línea de España y se desmarca de Italia, que ha anunciado que la desescalada de la cuarentena a partir del 4 de mayo tendrá en cuenta las «peculiaridades» regionales. En la federal Alemania, han sido los estados los que han gestionado toda la crisis. El Elíseo ha dado también las primeras pistas de su plan para flexibilizar las restricciones en vigor desde el 17 de marzo y en lo que se refiere al regreso a las clases, además de ser progresivo, con un número máximo de 15 alumnos por aula y por zonas, será voluntario. Es decir, que los padres decidirán si quieren o no llevar a sus hijos al colegio. Otra de las ideas que se abre paso es la de hacer obligatoria la mascarilla en el transporte.

La persona a la que el Ejecutivo ha encargado pilotar la transición hacia la paulatina apertura que se iniciará el 11 de mayo es Jean Castex, bautizado como Monsieur Desconfinamiento. Según Le Monde, este alto funcionario, alcalde y exconsejero de Nicolas Sarkozy, fue quien puso encima de la mesa que las regiones adopten las medidas en función de su situación epidémica.

París no es Francia

Era lo que pedían muchos presidentes regionales, como el de Normandía, el centrista Hervé Morin, o el de Provenza Alpes Costa Azul, el conservador Renaud Muselier. Este quiere que en las zonas menos dañadas por el coronavirus se puedan abrir bares y restaurantes, siempre que se adapten a las consignas de seguridad sanitaria, por ejemplo reduciendo el número de mesas.

«No se puede tratar igual un bar de Épaignes, donde el virus casi no ha circulado, que un local de los Campos Elíseos», abunda Hervé Morin en Le Parisien. «Todo se pilota desde París, ¡pero París no es Francia!», clama también el presidente de Nueva Aquitania, el socialista Alain Rousset, mientras su colega de Occitania, Carole Delga, pide abrir «una nueva etapa de descentralización en una República única e indivisible» y abandonar la «recentralización» que, a su juicio, ha hecho Macron desde el 2017.

La presidenta de la Isla de Francia, Valérie Pécresse, reconoce que, en una región como la parisina, muy afectada, será más complicado y más largo proceder al levantamiento de las restricciones. La concertación con los actores locales es la línea seguida por el primer ministro, Edouard Philippe. Los expertos creen que el virus traza una línea entre Brest y Lyon y que nada tienen que ver en términos sanitaros las zonas que están a uno y otro lado.