A las 10 de la mañana de este miércoles 2 de septiembre, el Tribunal de París inauguró el proceso contra los atentados cometidos en enero del 2015 por los hermanos Kouachi y Amedy Coulibaly. Se trata de la primera jornada de las 49 que durará el juicio contra sus presuntos cómplices, destinada a presentar los hechos y describir la personalidad de los 14 acusados. Una primera audiencia que no deja lugar a dudas: el proceso judicial se anuncia arduo y polémico.

"No es justicia de venganza, es justicia para comprender", estimó Isabelle Coutant-Peyre, abogada de Ali Riza Polat, acusado de "complicidad en crímenes terroristas", un delito que podría traducirse en una condenada a cadena perpetua. Según la letrada, "lo que sucedió es irreparable () pero podría haberse evitado si los servicios de inteligencia hubieran sido serios () Todo esto no habría ocurrido", declaró a los medios de comunicación aglutinados en los pasillos del juzgado.

CONOCIDOS POR LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA

En efecto, Chérif y Said Kouachi, autores del atentado contra el semanario satírico 'Charlie Hebdo', eran conocidos por los servicios de inteligencia franceses y aparecían en la lista negra de terroristas en Estados Unidos. Ambos habrían viajado a Yemen en el 2011 para realizar un entrenamiento militar junto a Al Qaeda. En marzo del 2008, Chérif Kouachi fue condenado a tres años de prisión por participar en una filial parisina destinada a reclutar y enviar combatientes a Irak.

La historia se repite con Amedy Coulibaly. Condenado por delitos de robo y tráfico de estupefacientes, pasó varias veces por prisión, donde se habría radicalizado. En el 2010, Coulibaly fue arrestado de nuevo, esta vez acusado de "asociación ilícita terrorista". Salió de prisión en marzo del 2014, 10 meses antes de asesinar a una policía en Montrouge y a cuatro clientes del supermercado Hyper Cacher en nombre de Estado Islámico.

EL USO OBLIGATORIO DE LA MASCARILLA LEVANTA CRÍTICAS

La defensa de Ali Riza Polat, acusado de facilitar las armas utilizadas en ambos atentados, pone así el foco en un tema sensible: los múltiples y repetidos fallos de los servicios de inteligencia franceses. "Las víctimas quieren una verdadera justicia, esto supone buscar la verdad", zanjó Coutant-Peyre.

Una verdad que los magistrados tratarán de establecer en los próximos dos meses, en un juicio inédito que exige medidas excepcionales dictadas por la pandemia de coronavirus. El uso obligatorio de la mascarilla en la sala del tribunal levantó este miércoles una oleada de críticas: "Van a juzgar a un hombre cuya cara no pueden ver! Va contra el derecho de defensa!", lanzó uno de los abogados. La polémica está servida para los próximos días, semanas y meses.