China mostró este jueves su indignación después de las medidas anunciadas por Australia y las advertencia de Francia relativas a la polémica ley de seguridad para Hong Kong. El primer ministro australiano, Scott Morrison, anunció que las visas para 10.000 hongkoneses que viven en el país se prolongarán por cinco años, "con la posibilidad de (otorgarles) la residencia permanente después de este periodo".

En 1989, tras la represión en la plaza de Tiananmén, Canberra tomó una medida similar al ofrecer protección a miles de estudiantes chinos y sus familiares. El Gobierno australiano también decidió suspender su tratado de extradición con Hong Kong, a causa de un "cambio fundamental en la situación" en el territorio semiautónomo, según el primer ministro.

La respuesta de Pekín no se hizo esperar. La entregó unas horas después la embajada china en Canberra. "China se opone a las acusaciones y a las medidas infundadas" anunciadas por Australia, lamentó en un comunicado un portavoz de la embajada. "Instamos a la parte australiana a cesar inmediatamente su injerencia en los asuntos hongkoneses", añadió.

Réplica a Francia

China también advirtió a Francia que no debe inmiscuirse en sus asuntos internos tras las declaraciones de la víspera del ministro francés de Exteriores, anunciando "medidas" con relación a la política de Pekín en Hong Kong. "Los asuntos de Hong Kong son asuntos internos de China y ningún país puede inmiscuirse en ellos", dijo a la prensa el portavoz de la diplomacia china, Zhao Lijian. Jean-Yves Le Drian había instado el miércoles a China a "evitar cualquier medida contra la autonomía de Hong Kong".

Afirmó también que Francia no permanercerá de brazos cruzados, y "considera medidas que anunciará próximamante", actuando en "coordinación" con otras naciones europeas, durante una reunión en la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado en París.

Igualmente, el Reino Unido ha prometido extender los derechos de inmigración y, en última instancia, el acceso a la ciudadanía británica a millones de residentes de su antigua colonia. El Gobierno de Boris Johnson modificará las condiciones adjuntas al "pasaporte británico de ultramar" para que sean más favorables, permitiendo que sus titulares y sus familias cercanas puedan ir a vivir y trabajar en el Reino Unido, facilitando en última instancia el acceso a ciudadanía británica.

Respuesta de EEUU y Canadá

El Congreso de Estados Unidos, el pasado 2 de julio, aprobó una ley para castigar a los funcionarios chinos que aplican las nuevas reglas de seguridad contra Hong Kong y atacar a los bancos que los financian. Esta ley aún no ha sido promulgada por el presidente Donald Trump para que entre en vigencia.

Igualmente, Canadá anunció el 3 de julio que suspenderá su tratado de extradición con Hong Kong, así como sus exportaciones de equipos militares "sensibles".

Por su parte, el presidente de Taiwán, Tsai Ing-gwen, advirtió el martes que se adoptarían "contramedidas" si la ley de seguridad de China impuesta a Hong Kong "hiciera el menor daño" a la isla.