Cinco adolescentes han sido arrestados en Hong Kong en relación con la muerte de un trabajador que recibó el impacto de un ladrillo durante los enfrentamientos entre manifestantes pro y antigubernamentales a mediados de noviembre, según informó la policía este sábado. Los acusados, tres chicos y dos chicas, de entre 15 y 18 años, fueron arrestados el viernes y son sospechosos de asesinato.

A mediados de noviembre, un operario de mantenimiento de 70 años fue golpeado en la cabeza por un ladrillo mientras intentaba desmantelar las barricadas construidas por activistas en favor de la democracia. La protesta, que duró cinco meses, acababa de caer en una fase más violenta, con una estrategia llamada "Eclosión generalizada", que consiste en multiplicar las acciones, en particular el vandalismo, para poner a prueba a la policía tanto como sea posible.

Las imágenes tomadas en el momento del drama mostraron a grupos rivales de manifestantes arrojando ladrillos, después un hombre cayó al suelo tras recibir el impacto de un ladrillo. El septuagenario murió al día siguiente en el hospital.

Una semana antes, un estudiante de 22 años, Alex Chow, murió tras caer de una altura de varios pisos en unos enfrentamientos a principios de noviembre. Aunque las circunstancias de la caída siguen sin estar claras, los manifestantes prodemocráticos han acusado a la policía de violencia. Tres días después de la muerte de Alex Chow, la policía disparó en el abdomen a otro estudiante de 21 años. El vídeo fue transmitido en vivo en Facebook y el incidente provocó nuevos días de disturbios, especialmente en los campus universitarios de la ciudad.

La excolonia británica atraviesa su crisis más grave desde junio tras entregó a Pekín en 1997, con acciones casi diarias para exigir reformas democráticas o exigir una investigación sobre el comportamiento policial. El movimiento nació de un proyecto de ley destinado a autorizar extradiciones a China. El texto fue eliminado, pero los manifestantes ampliaron sus demandas para obtener más democracia. En las últimas semanas, la violencia entre los manifestantes y la policía disminuyó después de la abrumadora victoria de la democracia en las elecciones locales del 24 de noviembre.