“¿Hasta qué punto quiere ganar Hillary Clinton en California? Ella y Bill tienen más de 30 actos de campaña en cinco días”. El titular del 'Los Angeles Times' lo dice todo. La favorita para la nominación demócrata ha desembarcado en el estado más populoso de Estados Unidos con la intención de arrancar una victoria y acallar de una vez a la legión de votantes demócratas que sigue cuestionando su nominación.

Porque en California, que vota el martes junto a otros cinco estados, se acabarán el martes las primarias. Y aunque Hillary tiene la coronación asegurada, necesita ganar para reforzar su legitimidad ante un partido totalmente fracturado.

Esa fractura está en las bases porque el aparato del partido, también el californiano, ha cerrado totalmente filas en torno a los Clinton. El último en apoyar su candidatura ha sido el gobernador, Jerry Brown. Aun así, su victoria no está asegurada.

CIFRA MÁGICA

Tras estar muchos meses alejado en las encuestas, Bernie Sanders ha remontado y los últimos sondeos lo sitúan a solo dos puntos de la exsecretaria de Estado. Pase lo que pase, Hillary alcanzará los 2.383 delegados que necesita para cerrar matemáticamente la nominación porque solo en California hay en juego 475 y le faltan solo 73 para llegar a la cifra mágica.

Pero una derrota sería un cierre sombrío a una campaña que no ha resuelto para nada las dudas que arrastra desde el 2008. Todo lo contrario, las han acentuado.

En cualquier caso, Clinton piensa ya en noviembre y este jueves por la tarde tenía previsto ofrecer un discurso en San Diego para contrastar sus ideas en política exterior con las de Donald Trump.

En esa alocución, pretende presentar a su rival como un personaje peligroso, sin capacitación para ocupar la presidencia y dispuesto a romper con los pilares que han soportado la política exterior estadounidense durante décadas, según ha adelantado 'The New York Times'.