La persistente amenaza terrorista y los recientes atentados de Niza y Normandía han llevado al Gobierno francés a dar un carácter prioritario a la seguridad de los centros educativos, que figuran como otros muchos lugares entre los objetivos potenciales del Estado Islámico.

A partir de este jueves, fecha en la que volverán a las aulas 12 millones de alumnos, las escuelas infantiles, colegios e institutos del país asumirán una “nueva cultura de la seguridad”. Serán sistemáticos los controles de acceso, se limitarán las aglomeraciones en las verjas de entrada y se reforzará la vigilancia policial en los alrededores de los colegios.

Muchas de estas medidas figuran ya en las circulares enviadas a los directores de los centros tras los atentados del 13 de noviembre pero ahora se añadirán otros protocolos detallando procedimientos específicos a seguir en caso de crisis.

TRES SIMULACROS AL AÑO

Así, se realizarán tres simulacros al año -antes se hacían dos- y uno de ellos reproducirá un escenario de atentado-intrusión. Estos ejercicios, consistentes en esconderse, buscar un lugar seguro o escapar, se adaptarán a la edad de los alumnos. En el caso de los más pequeños se ha elaborado una guía pedagógica para evitar que los niños se sientan angustiados.

Además, el Ministerio de Educación se ha marcado como objetivo formar en primeros auxilios a unos 800.000 alumnos de bachillerato. Y destinará 50 millones de euros a reformas que refuercen la seguridad en zonas vulnerables, como patios, fachadas muy expuestas, aulas a pie de calle o colegios aislados.

“Se trata de preparar y formar a nuestros equipos para que se anticipen al riesgo y puedan reaccionar”, ha explicado este miércoles la ministra de Educación, Najat Vallaud-Belkacem, durante la visita que ha hecho junto al titular de Interior, Bernard Cazeneuve, al colegio Saint Sébastien.

La escuela no fue elegida al azar. Está situada en las proximidades de la sala Bataclan y de la antigua sede de ‘Charlie Hebdo’ y sus alumnos estuvieron confinados durante el ataque a la revista en enero del 2015.

Vallaud-Belkacem ha recalcado que, si bien la seguridad no es una tarea del profesorado, como ciudadanos todo el mundo debe estar alerta y adoptar las actitudes que pueden salvar vidas.

FORMACIÓN DE DIRECTORES

Su departamento, en colaboración con el Ministerio del Interior, abrirá este año tres centros para formar a los directores de los colegios en este terreno.“Instalamos la cultura de la seguridad en la educación nacional”, ha añadido la ministra.

Por su parte, Cazeneuve ha indicado que, si bien no hay una amenaza “explícita” sobre los colegios, sí existe “una amenaza general sobre Europa y sobre Francia”. Interior movilizará a 3.000 reservistas de la Gendarmería para realizar labores de patrulla en las inmediaciones de los centros escolares.

El director del colegio Saint-Sébastian, Jean Philippe Fey, por su parte, ha resaltado la importancia de hablar a los alumnos de los riesgos terroristas con claridad. “Eso les puede tranquilizar, porque saben que nos preocupamos por su seguridad”.

COLABORACIÓN O DELACIÓN

Entre las consignas que más dividen a la comunidad educativa figura la obligación que desde finales del 2014 tiene el personal docente de comunicar a la administración los casos de alumnos o colegas que pueden estar entrando en una senda de radicalización.

Hay quien ve en esta tarea una suerte de delación y quien, por el contrario, la asume con normalidad. En cualquier caso, el Ministerio de Educación ha recibido 600 avisos entre septiembre del 2015 y enero del 2016, frente a los 857 del curso 2014-2015.

La panoplia de medidas suscita, no obstante, algunas dudas y los sindicatos advierten de que conviene encontrar un buen equilibrio para no ceder a la psicosis.