Desde la tarde del miércoles el Senado brasileño acoge una maratoniana jornada para decidir si abre un juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. La sesión comenzó a las diez de la mañana (en Brasil) y sigue aún. Al acabar, con una mayoría simple de los 81 senadores bastará para echar a la presidenta. Hacia las seis de la mañana, hora local, 11 en España se espera que tenga lugar la votación.

Los legisladores entraron en el pleno del Senado a primera hora de la mañana del miércoles y se enclaustraron en el Congreso para debatir el futuro de la presidenta, que este jueves podría entregar su mandato a su vicepresidente y ahora adversario político, Michel Temer.

La petición de palabra de los senadores arrastró la sesión hasta la noche y la madrugada.

MAYORÍA DE SENADORES

Una abrumadora mayoría de los senadores que ha intervenido en la sesión hasta bien entrada la noche se inclinaron por la suspensión del mandato de Rousseff, aunque esta vez, a diferencia de la votación de la Cámara de los diputados, no hubo votos por las madres, los hijos, la patria o los corredores de seguros.

Los senadores fueron mucho más sobrios que los diputados, cuya votación el pasado 17 de abril contó con varios momentos circenses que incendiaron los ánimos de la platea y de los miles de ciudadanos que, a diferencia de hoy, siguieron la votación en las calles de todo el país.

MUDANZA

La presidenta ya ha empezado la mudanza, pero entre los suyos hay divergencias sobre si Rousseff debería o no salir por la puerta principal, ya que para muchos de sus aliados eso podría ofrecer la instantánea del fin.

La jefa del Estado, sin embargo, dejó claro la víspera en una ceremonia con mujeres que "luchará hasta el fin" y que su segundo mandato, para el que fue reelegida en octubre de 2014, finalizará "en diciembre de 2018".