Corea del Sur ha anticipado la receta para las elecciones en la era del coronavirus: los discursos virtuales a cambio de mítines multitudinarios y colegios electorales tan pulcros como quirófanos. La aplastante victoria de ayer del Partido Democrático (PD) también adelanta que los comicios venideros medirán la gestión de la crisis sanitaria por encima de otros asuntos.

Pocos países han luchado con más eficacia contra el coronavirus. La celebración de elecciones subraya el éxito del Ejecutivo de Moon Jae-in y para la historia queda el récord de participación cuando buena parte del globo permanece confinado. Un 65% de los surcoreanos había depositado ayer su voto, según la Comisión Electoral. Las encuestas a pie de urna aventuran la mayoría absoluta del Partido Democrático, con una horquilla que oscila entre los 155 y los 178 asientos de la Asamblea Nacional, mientras al opositor Partido del Futuro Unido le adjudican entre 107 y 130.

EXAMEN A MEDIO MANDATO / Las elecciones parlamentarias se entienden como un examen a medio mandato de Moon. El presidente progresista fue una saludable aparición tras los bochornosos escándalos de corrupción de Park Geun-hye, su predecesora, con un programa de valientes políticas sociales y un acercamiento progresivo a su vecino del norte. Los vaivenes económicos y el pedregoso proceso de pacificación de la península, sin embargo, habían hundido meses atrás su aceptación popular hasta el 40%.

El coronovirus le devolvió el apoyo masivo. Corea del Sur fue el segundo país con más contagios en los albores de la pandemia, solo superado por el gigante de China, pero sus tests masivos y el persistente seguimiento de los contagiados han embridado el virus sin recurrir a desquiciantes cuarentenas.

Durante los últimos días el país cuenta con apenas una treintena de contagios, en su mayoría importados, y sus 225 fallecidos colocan a Corea del Sur en la cola de los damnificados por la pandemia global del covid-19.

Los comicios han subrayado la nueva normalidad. Los candidatos focalizaron sus campañas hacia Youtube e Instagram y se dedicaron a labores de desinfección en sus contados actos celebrados en la calle.

CONTROLES DE TEMPERATURA / Las cautelas se extremaron en el día de votación. Los más de 14.000 colegios electorales fueron limpiados con atención entomológica y a los ciudadanos se les obligó a acudir con mascarillas y guantes, desinfectarse con jabón y guardar la distancia de un metro.

Los funcionarios tomaron la temperatura a la entrada de los colegios y desviaron a los que superaban los 37,5 grados hacia cabinas especiales que eran desinfectadas tras cada uso. «Cuando he llegado y he visto a tantos funcionarios encargándose de tomar la temperatura, de que nos limpiemos las manos... me he quedado más tranquilo», contaba a Efe Park Cheol-woo, de 25 años.

Los 13.000 surcoreanos en cuarentena a pesar de carecer de síntomas pudieron acudir a los colegios a partir de las seis de la tarde con la obligación de regresar a sus domicilios sin más dilaciones. También los pacientes hospitalizados habían podido votar a través del correo.

Choi Sun-hwa, de 56 años, tenía reparos por el riesgo al contagio. «Pero después de haber venido y verlo por mí misma, sentí que era positivo que votáramos como estaba planeado. La gente se toma en serio el distanciamiento», declaró a la agencia Reuters. Casi tres de cada cuatro surcoreanos habían manifestado su apoyo a celebrar las elecciones en los últimos días.