Israel aprobó un toque de queda nocturno a partir del lunes, en una cuarentena de localidades con alta tasa de contagios para frenar la incontenible segunda ola de covid-19, pese a que inicialmente planteó un confinamiento total de estas áreas que por ahora eludirá.

Las restricciones en las denominadas "zonas rojas" -en su mayoría ciudades árabes y judías ultraortodoxas con elevado índice de infecciones- incluirán el cierre de escuelas. También se limitarán las reuniones a diez personas en espacios cerrados y veinte en áreas abiertas, según informó la oficina del primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Medidas estrictas

El cierre nocturno se adoptará a partir de este lunes a las siete de la tarde y durará hasta las cinco de la madrugada del día siguiente. Durante estas horas se restringirá el movimiento de los vecinos a un máximo de 500 metros de su domicilio, y todos los negocios cerrarán a excepción de comercios esenciales.

El Ministerio de Sanidad debe publicar la lista exacta de las comunidades afectadas por las restricciones en las próximas horas. Entre estas, se prevé que figuren varias colonias en Cisjordania ocupada y barrios palestinos de Jerusalén Este -entre ellos la Ciudad Vieja-.

Negociaciones políticas

Las medidas se votaron en una reunión de un comité ministerial que decidió evitar un cierre completo de los lugares más afectados por el virus, debido a las presiones de líderes ultraortodoxos, que amenazaron con dejar de cooperar con el Gobierno en la gestión de la pandemia si alguna de sus localidades era confinada.

Esto obligó a Netanyahu a negociar con los partidos ultraortodoxos para calmar el malestar. El primer ministro se comprometió a evitar un confinamiento completo y a adoptar restricciones más ligeras como las que finalmente se aprobaron, según el diario local 'Haaretz'.

Israel padece desde hace más de dos meses una fuerte segunda ola de coronavirus que hasta ahora no ha podido controlar.

Restricciones más severas

Durante el verano, el Ejecutivo evitó imponer medidas restrictivas drásticas para no perjudicar una economía ya debilitada por la pandemia, pero su incapacidad para reducir la curva ha hecho que las autoridades planteasen volver a restricciones más duras.

El país superó el pasado miércoles por primera vez las 3.000 infecciones diarias, tras varios días de máximos históricos. Hasta el momento, registra un total de más 130.000 positivos entre una población de nueve millones de habitantes. Unos 27.000 casos están activos, y casi 450 personas están ingresadas en estado grave.