Cuba ha vivido durante décadas en una economía de la miseria que los cubanos afrontan todavía con la popular coletilla "hay que resolver", lo que significa en la jerga cubana buscar maneras imaginativas de gestionar la escasez con buen humor. Su sistema económico de socialismo de estado basado en un control estatal de los medios de producción colapsó con la caída del régimen soviético. Con la disolución del bloque socialista, el desequilibrado intercambio de petróleo, maquinaria y materias primas escasas en la isla a cambio de azúcar, café y cacao cubanos se vino abajo. Con ello vino el periodo especial (1990-1991) en el que la Cuba de Fidel Castro entró en una fase de aislamiento económico, cortes de luz, escasez de todo tipo de materias primas y productos de primera necesidad acentuada hasta el extremo por el bloqueo económico impuesto por EEUU.

La caída del precio de las materias primas hundió la balanza de pagos y creó la necesidad de que entraran divisas. Las dos vías de entrada de dólares en Cuba han sido durante las últimas décadas las remesas de los cubanos emigrados y el turismo. El sistema se ha fundamentado en una economía dual de dólares y pesos cubanos, una hiperinflación y un control férreo por parte del Estado.

Fue en el 2014 cuando el Estado, ya con Raul Castro al frente, aprobó la Ley de la Inversión Extranjera. Esta nueva legislación, que actualizaba la normativa anterior de 1995, permite la inversión extranjera directa (IED) en todos los sectores, salvo en educación, salud y defensa, e introduce varios incentivos fiscales. Establece, además, salvaguardas legales para los inversores y les permite controlar participaciones mayoritarias en las empresas. Conserva, no obstante, algunas restricciones importantes, como la necesidad de aprobación de los proyectos por parte de la Administración cubana.

Desde entonces, el paisaje de la Habana ha cambiado radicalmente. A lo largo del malecón han florecido hambugueserías, pizzerías, coctelerías y todo tipo de negocios modernos donde antes solo había algún que otro paladar o restaurante estatal. La moneda con la que funcionan estos establecimientos son los dólares y el 95% de la población cubana no puede acceder a ellos.

El Gobierno cubano publicó en el 2014 una lista de oportunidades de inversión que se ofrece a agentes extranjeros en el que se incluyen unos 360 proyectos que necesitan de capital exterior y pueden suponer un volumen de negocio de más de 7.500 millones de euros.

Por otra parte, en el 2013 se abrió la posibilidad de que empresas extranjeras puedan radicarse en la Zona Especial de Desarrollo (ZED) Mariel. Se trata de un puerto que se está construyendo en el norte de la Habana con capacidad para que recalen barcos de gran calado para el transporte de mercancías así como cruceros para la llegada de turistas.

Los proveedores principales de Cuba son todavía Venezuela, por el suministro de petróleo y sus refinados (representa cerca del 40% de sus compras), China y España. Los chinos han extendido sus tentáculos en la isla en los últimos años y se encuentran detrás de varios proyectos de inversión.

Las exportaciones españolas a Cuba en el 2015 alcanzaron su máximo histórico, con un total de 964 millones de euros, mientras que las importaciones ascendieron a 125 millones de euros. En estos initercambios, es destacable la participación de pymes exportadoras. Existe 230 implantadas en este país como delegación comercial y unas 34 como empresas mixtas. Cadenas hoteleras importantes españolas como Meliá, Iberostar y Barceló tiene una presencia importante en Cuba, especialmente en Varadero y en los cayos.

El deshielo de las relaciones entre EEUU y Cuba, más ahora tras la muerte de Fidel Castro, supone la apertura de nuevos mercados para las empresas, pero también el ingreso de nuevos competidores. Varios países han movido ficha para mejorar su posición en Cuba. Así, por ejemplo, el último año ha sido testigo de la visita de numerosas delegaciones comerciales, como las procedentes de los Holanda y Francia, en el segundo caso encabezada por el presidente François Hollande, o del acuerdo para la apertura de una oficina comercial en la isla por parte de Alemania. Aunque EEUU es el país que más claramente ha maniobrado para tomar posiciones de la mano de los cubanos afincados en Miami que llevan años esperando el momento de regresar.