La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció la creación por parte del Gobierno de Estados Unidos, de centros de detención a base de tiendas de campaña en la frontera de Texas para detener a los inmigrantes que cruzan desde México.

La ONG aseguró en un comunicado disponer de imágenes por satélite tomadas el 25 de abril, que muestran la "rápida" creación de esos campamentos en puestos gestionados por la Patrulla Fronteriza de los EEUU en El Paso y Donna (ambas en el estado de Texas), que están siendo destinados a albergar a familias y niños migrantes.

"En unos momentos en que las necesidades humanitarias son más precisas que nunca, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) está gastando casi 40 millones de dólares en nuevas carpas carcelarias para albergar a familias y niños", denunció la investigadora de HRW para los EEUU, Clara Long.

"Los niños y las familias no deberían ser detenidos, y menos aún por una agencia con un historial horrible en relación al respeto a los derechos básicos de los migrantes detenidos", añadió la activista.

TIENDAS DE CAMPAÑA

En el marco de los esfuerzos del Gobierno que dirige Donald Trump para combatir la inmigración ilegal, la CBP contrató a la empresa Deployed Resources LLC a mediados de abril para que construyese "instalaciones temporales" con una duración prevista de ocho meses en la frontera.

Estas instalaciones, presuntamente las tiendas de campaña que HRW denuncia, deberían servir, según el contrato, para proveer a la CBP de "capacidad adicional para albergar a las unidades familiares y menores sin acompañar que están llegando en números al alza a la frontera suroeste" y deberían poder acoger a unas 500 personas cada una.

PIDEN RESPUESTA HUMANITARIA

Las imágenes captadas por satélite de las que dispone HRW muestran que la construcción de tres instalaciones se inició en las dos localidades texanas el 14 de abril, dos días después del anuncio del contrato. "En lugar de incrementar las instalaciones de detención, el Gobierno debería invertir en una respuesta humanitaria en la frontera", apuntó Long.

La activista aseguró que las ONG y grupos religiosos que se encargan de ayudar a los migrantes ya en territorio estadounidense, una vez abandonan la custodia de la CBP, "tienen mucho que enseñar al Gobierno sobre cómo puede estructurarse una respuesta compasiva y humanitaria". El número de indocumentados que cruzan la frontera de México con Estados Unidos ha crecido en los últimos meses, sobre todo, el de los solicitantes de asilo centroamericanos, que han alcanzado niveles récord en la última década.