El pasado aflora con todo su horror en Burundi. La Comisión de Verdad y Reconciliación del país africano ha encontrado más de 6.000 cuerpos en seis fosas comunes en la provincia de Karusi, el mayor hallazgo desde que el Gobierno dio luz verde a las excavaciones a principios de año con ánimo de que el país cierre heridas y supere la animadversión ancestral entre las etnias hutu y tutsi.

El presidente de la comisión, Pierre Claver Ndayicariye, ha informado de que se han recuperado los restos de 6.032 víctimas y miles de balas. Las identificaciones, que están resultando muy complejas, han requerido el uso de prendas de ropa, gafas u otras pertenencias, como rosarios, para dar identidad a los fallecidos.

No está resultando fácil para la pequeña nación del este de África la aceptación de un pasado violento, marcado por la ocupación colonial, la guerra civil y décadas de masacres intermitentes. La población de Burundi, dividida básicamente entre los grupos étnicos tutsi y hutu, todavía mantiene abiertas las heridas de una guerra civil con connotaciones étnicas que mató a 300.000 personas antes de su finalización en el 2005.

El presidente de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación ha celebrado que este nuevo hallazgo haya permitido a las familias hutus «romper el silencio» que se impuso hace 48 años. La comisión dirigida por el Gobierno se estableció en el 2014 para investigar las atrocidades cometidas en el país desde 1885 con la llegada de los extranjeros hasta el 2008, cuando se implementó por completo un acuerdo de paz estancado para poner fin a la guerra civil.

Hasta ahora ha mapeado más de 4.000 fosas comunes en todo el país e identificado a más de 142.000 víctimas de violencia. El actual presidente, Pierre Nkurunziza, quien asumió el cargo en el 2005, por lo que el mandato de la comisión de la verdad afecta a un corto periodo de su mandato.

Naciones Unidas ha advertido de que los abusos contra los derechos humanos podrían aumentar nuevamente antes de las elecciones de mayo del 2020. Desdel 2015, cuando Nkurunziza se postuló para un tercer período disputado en el cargo, cientos de burundeses han muerto en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.