«Hoy voy a hacer algo irremediable». Fue la frase que escribió el pasado viernes en Facebook Anas K., estudiante de 22 años, antes de rociarse con gasolina y quemarse a lo bonzo delante del Centro Regional de Obras Universitarias y Escolares de la Madeleine, en Lyon. Ayer seguía debatiéndose entre la vida y la muerte por la gravedad de las quemaduras, que afectan al 90% de su cuerpo, mientras la comunidad educativa se mantiene en estado de choque.

En el mensaje que este universitario colgó en la red social, y que ha sido difundido por sus compañeros antes de ser suprimido de su cuenta, explica que si eligió ese edificio de Lyon para inmolarse «no fue por azar», sino para «apuntar hacia un lugar político, el Ministerio de Educación Superior y, por extensión, hacia el Gobierno».

Luego cuenta cuál es su situación personal. Dice que este año, en el que cursa segundo curso de licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad de Lyon, no tiene ninguna beca y se pregunta si antes, cuando tenía una ayuda de 450 euros al mes, era suficiente para vivir.

«Acuso a Macron, Hollande, Sarkozy y a la Unión Europea de haberme matado al crear incertidumbre sobre el futuro de todos/as; acuso también a Le Pen y a los editorialistas de haber creado miedos más que secundarios». El chico concluye en su mensaje con un llamamiento a «continuar la lucha».

En las redes sociales su mensaje sigue compartiéndose, igual que la emoción de compañeros y profesores que se expresan en Twitter con la etiqueta #laprécarietétue (la precariedad mata). «El año pasado tenía problemas para pagar las facturas con una sola beca y además su alojamiento era insalubre», cuenta una compañera de Anas al diario Libération.

La presidenta de la Universidad de Lyon-II, donde estudiaba el alumno, Nathalie Dompnier, explicó a France Presse que desconocía las dificultades personales que tenía el estudiante, muy implicado en la vida del centro. «La universidad le expresa todo su apoyo, así como a su familia y a todos sus camaradas», dijo en un comunicado.

La ministra de Educación superior, Fréderique Vidal, se desplazó el sábado a Lyon y la universidad ha abierto una unidad psicológica para atender a los estudiantes. «No tenemos palabras suficientes para gritar nuestro dolor y nuestra tristeza», manifestó el sindicato estudiantil Solidaires, del que Anas K. es secretario federal.

El sindicato Unef ha puesto de relieve que «se trata de un acto político que subraya una problemática vivida por muchos estudiantes». «Hace meses que denunciamos la precariedad estudiantil y que decimos que hay una situación de urgencia», añadió la presidenta del sindicato, Mélanie Luce.