La conductora del autobús escolar arrollado por un tren en Millars (Francia) el pasado jueves -con un balance de seis estudiantes muertos y una docena de heridos graves- ha sido detenida tras la sospecha de que las barreras del paso a nivel estaban bajadas en el momento de la colisión.

Una investigación judicial en marcha deberá determinar si hay indicios de la comisión de delitos de homicidios involuntarios y lesiones imputables a la conductora, que también resultó herida en el violento choque que dejó al autocar partido por la mitad.

El fiscal se ha mostrado, sin embargo, cauto al advertir de que todavía es pronto para llegar a conclusiones porque, de momento, solamente hay indicios. Las versiones de los testigos ofrecen contradicciones; por un lado, la conductora del autocar asegura que las barreras del paso a nivel estaban levantadas y el del tren, por el contrario, que estaban bajadas. La compañía ferroviaria ha insistido en que el sistema de barreras funcionaba "normalmente".

Los expertos deberán ahora contrastar los distintos testimonios y asistir a una reconstrucción de los hechos para comprobar el campo de visión de la conductora.