Alemania empieza a esclarecer el asesinato de un político conservador amenazado por defender la política de acogida de los refugiados. El pasado sábado la Policía detuvo en Kassel a un hombre de 45 años sospechoso de estar tras la muerte de Walter Lübcke, quien el 2 de junio fue asesinado de un tiro en la cabeza en su casa. Según avanzó el Süddeutsche Zeitung, el presunto autor habría estado vinculado a grupos neonazis. La investigación señala que el detenido aún no ha querido hablar pero que se habrían encontrado restos de su ADN en la ropa de la víctima. Aunque aún se desconoce si tras el mortal ataque se esconde un motivo político y racista, la creciente sospecha de que fue así llevó ayer a la Fiscalía Federal a anunciar que releva a la Fiscalía de Kassel y toma los mandos del caso.

El detenido es Stephan E., y en su apartamento se habrían encontrado armas de fuego aunque no la utilizada en el asesinato de Lübcke. La prensa señala asimismo que el sospechoso colgó un vídeo en Youtube donde aseguró que si el Gobierno no dimitía habría muertos, que está vinculado a milicias radicales como la asociación neonazi Combat 18 y que en el 2009 fue arrestado por asaltar un acto sindical. Originario de Lichtenfels, en Baviera, el sospechoso colaboró con el partido neonazi NPD y el grupo Nacionalistas Autónomos, considerado por expertos como potenciales terroristas de extrema derecha.

Destacado miembro de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la cancillera Angela Merkel en el pequeño estado federado de Hesse, Lübcke fue asesinado de un disparo en la cabeza el pasado 2 de junio en su casa.

En el 2015 defendió la política de puertas abiertas con los refugiados y su derecho al asilo, haciendo referencia referencia a sus valores cristianos. Lübcke recibió amenazas de muerte por parte de círculos neonazis.