Las autoridades mexicanas capturaron el miércoles a los dos presuntos asesinos de la niña Fátima, de 7 años, cuya muerte ha conmocionado al país. La pequeña apareció muerta la semana pasada después de desaparecer el 11 de febrero.

Los dos sospechosos, identificados como Mario Alberto N. y Giovana N., fueron detenidos en una población del Estado de México después de que el opeativo conjunto de la policía estatal y la Guardia Nacional recibiera la orden de arresto. Se enfrentan a una pena de entre 80 y 140 años de cárcel y están acusados del delito de «privación de la libertad con la finalidad de hacer daño», informó el portavoz de la Fiscalía General de México, Ulises Lara.

Las identidades de los sospechosos fueron reveladas a primera hora del miércoles por la policía, que fue reconstruyendo paso a paso los hechos desde que una mujer de nombre Giovana se llevó a Fátima de su escuela. Esta fue identificada al ser captada por una de las cámaras de vigilancia del Gobierno, que la grabaron caminando con la niña y subiéndose a un automóvil.

Tras difundirse el retrato robot de la sospechosa, salió a la luz que había vivido en la vivienda de la familia de Fátima, que le alquilaba una habitación, y por eso la niña se fue con ella cuando la fue a recoger al colegio.