No hubo ataque militar pero sí cibernético. El jueves, el mismo día en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abortó en el último momento una operación militar contra tres objetivos en Irán en respuesta al derribo esa misma madrugada de un dron estadounidense, el mandatario dio luz verde a un cibergolpe ofensivo.

Ese ciberataque, revelado primero por Yahoo News y confirmado por otros medios estadounidenses, aunque no ratificado oficialmente por la Administración, tuvo como objetivo deshabilitar los sistemas informáticos con los que Teherán controla sus lanzamientos de misiles.

Asimismo, en la operación se habrían atacado los ordenadores de un grupo de inteligencia iraní que Washington vincula a los ataques a petroleros en el estrecho de Ormuz. Ese ciberataque replica otro lanzado por Washington en noviembre contra la Internet Research Agency de Rusia para tratar de deshabilitar sus capacidades digitales y que no pudiera interferir durante las elecciones legislativas de Estados Unidos.

Este golpe contra Irán, según la prensa, llevaba planeándose semanas en el Mando Cibernético, una unidad del Pentágono cuyos poderes se elevaron recientemente dándole autoridad plena de combate. Es el último episodio de un enfrentamiento en el ciberespacio en el que la dos naciones llevan inmersas mucho tiempo. Y en EEUU se espera una repuesta de Teherán.

El responsable de ciberseguridad e infraestructura del Departamento de Seguridad Nacional, Christopher Krebs, alertó el sábado de un aumento de «ciberactividad maliciosa» que podría afectar tanto a industrias privadas como al gobierno.

DOBLE MENSAJE/ Para Donald Trump, la opción ciberataque trae menos riesgos que un golpe con militares, aunque no está exenta del peligro de que escale la tensión. El presidente, además, sigue mostrando las dualidades de su estrategia.

El sábado llamó a Irán a «empezar de nuevo» las conversaciones nucleares, pese a ser él quien rompió unilateralmente el pacto del 2015, y declaró que si Irán abandonara sus aspiraciones nucleares EEUU podría convertirse en «su mejor amigo».

A la vez, el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, ratificó ayer en una entrevista con la cadena CNN que el mensaje de Trump «es muy claro», incidiendo de nuevo en que su país no permitirá que Irán obtenga un arma nuclear.

Por otro lado, también mencionó que el gobernante Donald Trump anunciará «sanciones adicionales contra Irán», aunque no abundó en mayores detalles. Sin embargo, el vicepresidente insistió en una afirmación de Trump sobre quién dio la orden de atacar el dron estadounidense.

«El presidente también tenía dudas sobre si el derribo de nuestro avión no tripulado estaba o no autorizado en los niveles más altos», admitió Pence. Este mensaje del vicepresidente se trató de un aviso a Teherán, según el asesor de Seguridad Nacional del presidente de EEUU, John Bolton, para que «no confundan prudencia y discreción con debilidad».

GUERRA / También el domingo, en una entrevista difundida por NBC News, Trump puntualizó que no busca una guerra con Irán y aunque no cerró la puerta a un algún contacto con ese país, aclaró que será sin condiciones. «No estoy buscando la guerra y si la hay, será una destrucción como nunca antes la habías visto. Pero no estoy buscando hacer eso», sentenció el mandatario. «¿Quieren hablar? Bueno. De lo contrario, pueden tener una mala economía en los próximos tres años», agregó Trump

Mientras, la relación con Corea del Norte va por otros derroteros. Aunque las conversaciones nucleares con Pionyang están oficialmente paralizadas desde el enorme fracaso de su última reunión, Trump y Kim Jong-un se van acercando a través de un intercambio epistolar. Días después de que el líder coreano enviara una carta a la Casa Blanca que Trump definió de «bella», ahora él recibió una carta personal de Trump. Según la agencia oficial de noticias KCNA, el contenido es «excelente» y «serio». Nadie ha explicado en qué consiste ese contenido.