Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (EAU) instauraron ayer, por primera vez, el impuesto sobre el valor añadido (IVA), que grava con el 5% a la mayoría de los productos y servicios para compensar la pérdida de recaudación por los bajos precios del petróleo. Productos como gasolina, tabaco, alimentos y bebidas, seguros, hoteles y servicios de telecomunicaciones han aumentado su precio, repercutiendo en el coste de vida en ambos países, que nunca habían aplicado impuestos.

De forma paralela, Arabia Saudí anunció también un fuerte aumento de los precios de los combustibles, con alzas que oscilan entre el 83% y el 127%, aunque el coste de la gasolina continúa en valores marginales en el mayor productor de petróleo del mundo. El precio del litro de la gasolina más barata pasó de 0,75 a 1,35 riyales (0,20 a 0,37 dólares), mientras que el del tipo más caro saltó de 0,90 a 2,04 riyales (0,24 a 0,54 dólares).

Cerca del 80% de los ingresos presupuestarios de EAU provienen de la industria petrolera, mientras que en Arabia Saudí son más del 90%, un factor que ha mermado los ingresos de ambos países por el descenso del precio del crudo. Baréin, Kuwait, Omán y Catar también se han comprometido a introducir el IVA, aunque han retrasado los planes hasta al menos el 2019.