A menos de una semana para que se celebre el referéndum británico sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, la campaña se ha suspendido en un país conmocionado por el asesinato, este jueves, de la diputada laborista y europeísta Jo Cox.

Cox, madre de dos hijas, fue asesinada este jueves con tres disparos y varias puñaladas en la ciudad de su circunscripción del norte de Inglaterra, suceso que ha provocado un fuerte 'shock' en el país.

Centenares de personas se reunieron el jueves por la noche en la iglesia de Saint Peter's de Birstall para honrar a la diputada con una ceremonia en su memoria, y en Londres, decenas de personas se reunieron delante del Parlamento británico para escuchar las palabras del líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, hacia su colega.

BANDERAS A MEDIA ASTA

La muerte de Jo Cox provocó la suspensión inmediata de la campaña por el referéndum, que no debería retomarse hasta el fin de semana, mientras las banderas de Buckingham Palace y del número 10 de Downing Street, la residencia del primer ministro, ondeaban a media asta.

Según varios testigos del incidente, el asesino mató a la diputada al grito de "Gran Bretaña primero", lo que ha suscitado críticas de los medios de comunicación a la agresividad de la campaña en favor del 'Brexit' (salida de la UE).

The Guardian ha denunciado que la campaña utiliza un "tono brutal que agita las divisiones", y ha juzgado la muerte de la diputada laborista como un "ataque a la humanidad, el idealismo y la democracia".

RESPONSABILIDADES

Por su parte, el diario Spectator ha culpado al campo proclive a la salida del Reino Unido de la UE, asegurando que "Nigel Farage(líder del partido eurófobo UKIP) no es responsable de la muerte de Jo Cox, como tampoco lo son los miembros de la campaña del Leave, pero sí son responsables de la manera en la que manejan su campaña".

"Cuando se fomenta la rabia, uno no se puede sorprender de que la gente se enrabie", continúa el rotativo.