El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha recibido con especial simpatía al secretario de Estado de EEUU, Rex Tillerson, en Manila, donde se celebra una conferencia de seguridad en Asia centrada en el desafío de Corea del Norte . Duterte, que como ya es habitual en él ha tenido alguna que otra salida de tono cuando se ha referido a EEUU durante el año que lleva en la presidencia, sobre todo cuando Barack Obama todavía estaba en la Casa Blanca, ha saludado a Tillerson con un "soy su humilde amigo en el sureste asiático."

Obama fue muy crítico con Duterte por su "guerra contra las drogas" que ha causado la muerte de miles de personas en Filipinas. Tillerson ha llegado al país asiático con la intención de no incomodar a su anfitrión, uno de los principales aliados que tiene EEUU en la región. Según ha dicho a los periodistas Duterte, el tema de los derechos humanos no ha estado en la agenda del encuentro con Tillerson, a pesar de que la semana pasada, responsables de la Administración estadounidenses asegurarn que el secretario de Estado hablaría con el presidente de Filipinas sobre su peculiar manera de llevar a cabo la guerra contra el narcotráfico.

País piojoso

El pasado mes de julio, después de que algunos congresistas de EEUU se opusieron a una visita de Duterte a EEUU, invitado por el presidente Donald Trump, el mandatario filipino dijo “En ningún momento durante mi mandato, o incluso después, viajaré a Estados Unidos. Ya he visto ese país y es piojoso. Cometen numerosas violaciones de Derechos Humanos”. A Obama le dijo el pasado mes de septiembre que era "un hijo de puta".