El Gobierno de Ecuador ha asegurado que está analizando medidas para buscar una solución a la situación del fundador de WikiLeaks, Julian Assange, quien se encuentra exiliado en la embajada del país andino en Londres desde hace casi seis años. El expresidente ecuatoriano, Rafael Correa le concedió asilo en junio del 2012 en la sede diplomática del Reino Unido para eludir la orden de extradición sueca por unas acusaciones de violación, abuso sexual y coacción.

La ministra de Asuntos Exteriores, María Fernanda Espinosa, confirmó este martes en una reunión con la prensa extranjera que la situación de Assange es "insostenible" y que su Administración está “explorando una posibilidad de mediación”. Espinosa también mencionó la opción de que un tercer país o una persona relevante intervengan en dicha mediación. “No podemos llegar a ninguna solución sin una cooperación internacional o sin una cooperación por parte del Reino Unido” señaló la Canciller.

En mayo, la justicia sueca archivó el caso de Assange por no poder avanzar en la investigación. Sin embargo las autoridades británicas han asegurado que el activista será arrestado si abandona el edificio de la sede diplomática ecuatoriana. Espinosa quiso solidarizarse con la situación de reclusión de Assange y en la reunión preguntó a los periodistas “¿Cómo se sentirían después de cinco años y medio de estar en una pequeña oficina, sin poder tomar la luz del sol y sin respirar aire fresco?”.

TEMOR A SER DEPORTADO A EEUU

Aunque la principal causa por la que se persigue al australiano son las acusaciones de acoso sexual, que él niega, a dos mujeres, el mayor temor del activista es que sea entregado a las autoridades de Estados Unidos para enfrentarse al juicio por las publicaciones de centenares de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial a través del portal web de WikiLeaks.

En el 2012, cuando Assange recibió el asilo de la diplomacia ecuatoriana, escribió una carta al Ejecutivo del país sudamericano, que el entonces ministro de Exteriores, Ricardo Patiño, leyó en público. En ese escrito, Assange apuntaba que la persecución de la que era objeto derivaba de su trabajo “al publicar información que compromete a los poderosos, publicar la verdad y con ello desenmascarar corrupción y graves abusos a los derechos humanos”.