Ecuador confirmó ayer, a través de la cancillera María Fernanda Espinosa, que ha concedido la nacionalidad al fundador de Wikileaks, el australiano Julian Assange. En el contexto del esfuerzo de Ecuador por buscar solución a la situación de Julian Assange -cumplió el verano pasado cinco años recluido en la embajade Ecuador en Londres, donde está asilado desde el 19 de junio del 2012-, se habían dispararon las especulaciones sobre el fundador de Wikileaks.

El diario El Comercio, de Quito, publicó en su portal que Assange «cuenta con un número de identidad ecuatoriano. Se trata del 1729926483», aseguró el rotativo, que añadió que sus «datos personales constan en la base de datos del Registro Civil y del Servicio de Rentas Internas (SRI)». Sin embargo, no hubo confirmación del Gobierno hasta la declaración de la responsable de Exteriores ecuatoriana. Agradecido por la decisión, Assange colgó en Twitter una foto luciendo la camiseta de la selección de fútbol de Ecuador.

Espinosa afirmó el miércoles que su país estaba estudiando la posibilidad de una mediación para resolver la situación del fundador de Wikileaks, asilado en la embajada del país andino en Londres. Insistió en que la intervención del Reino Unido, el otro país implicado, en la resolución de la situación del australiano era fundamental.

«Tenemos un enorme interés en lograr una solución definitiva para el caso Assange y para que eso ocurra, estamos en permanente diálogo con el Gobierno británico y estamos explorando varias opciones para encontrar una salida a esta situación», dijo en una reunión con la prensa extranjera. Quito no descarta que un tercer país o una personalidad se erija en mediadora.

Varios medios británicos desvelaron ayer que el Ministerio de Exteriores británico ha negado la petición de Quito de otorgar el estatus diplomático a Assange y ha recordado que la única solución al caso es que Assange se entregue a la justicia.