Estados Unidos dispone de "pruebas significativas" de que el nuevo coronavirus se propagó desde un laboratorio de Wuhan (China), pero "ninguna certeza", ha declarado el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, según informa la agencia France Presse. La Administración de Donald Trump lleva tiempo obcecada en la teoría de que el virus SARS-CoV-2 fue creado por científicos, en contra del consenso de la ciencia sobre su origen animal.

Preguntado Pompeo por las discrepancias expresadas por algunos altos responsables de EEUU respecto de la tesis de la Administración, el secretario de Estado ha manifestado que no ve ninguna incoherencia. "No tenemos ninguna certeza, pero hay pruebas significativas de que procede de un laboratorio", ha reiterado.

La teoría de que el coronavirus fue fruto de un trabajo de ingeniería genética quedó descartada en un estudio publicado en la revista 'Nature Medicine'. Este minucioso análisis zanjó el debate sobre el falso origen humano (e intencionado) del patógeno, surgido de un proceso de mutación natural.