Estados Unidos ha anunciado este miércoles que ha llegado a un “principio de acuerdo” con Corea del Sur para enmendar el pacto comercial entre los dos países vigente desde el 2012, el llamado Korus, un preacuerdo que sirve por un lado para afianzar las relaciones comerciales entre los dos países y que además tiene un significado político, teniendo en cuenta que precede a la inminente cumbre entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y su homólogo norcoreano Kim Jong-un, en la que Corea del Sur ha desempeñado un papel clave.

El principio de acuerdo establece que Corea reducirá las barreras a las importaciones de coches a la vez que EEUU eximirá al país asiático del arancel sobre el acero. Altos responsables de la Casa Blanca dijeron a France Presse que se trata de un “momento histórico” en la política comercial de su país, toda vez que es “el primer tratado renegociado con éxito en la historia de Estados Unidos”. También pasa por ser un triunfo de la política 'America First' (América primero) de Trump, quien desde su elección en noviembre del 2016 criticó el acuerdo original porque supuestamente quitaba puestos de trabajo en EEUU. Llegó a decir que era “horrible”.

Un antecedente

El acuerdo sobre el acero lanza un mensaje implícito a otros socios comerciales de Washington. Dicho pacto obliga a Seúl a reducir hasta un 30% sus exportaciones a EEUU y establece una cuota máxima que está exenta de tarifa; teniendo en cuenta que hace una semana la Casa Blanca anunció su intención de eximir temporalmente de los aranceles sobre el acero y el aluminio a Corea del Sur, la Unión Europea, Canadá, México, Australia, Argentina y Brasil, es probable que estos países hayan tomado nota del mensaje: la exención de aranceles implica reducción de cuotas. De todos modos, la negociación será a otro precio con los países de más envergadura comercial y política.

Fuentes de la negociación apuntaron que los coches fueron el gran escollo para llegar a este preacuerdo. Al final, el pacto, cuando se firme, extenderá hasta el 2041 el arancel del 25% que Washington impone a las camionetas surcoreanas, que iba a expirar en el 2021 según los términos del tratado del 2012. Además, duplica (de 25.000 a 50.000) el número de vehículos de cada fabricante que EEUU puede exportar cada año a Corea del Sur.