El Ejército israelí mató ayer a uno de los líderes militares del grupo palestino islamista Yihad Islámica, Baha Abu al Ata, en el norte de la franja de Gaza. Un portavoz militar confirmó que, una hora después, se dispararon las sirenas de alerta de ataque en diferentes poblaciones de Israel, la mayoría cercanas a Gaza, como Ashdod y Ashkelon, pero también en otras situadas más al norte, como Holon, Rishon LeZion y las afueras de Tel Aviv.

En Jerusalén, la capital israelí, se oyó una explosión que varios medios atribuyeron al sistema de defensa antiaérea Cúpula de Hierro, que podría haber destruido un cohete.

El Ejército israelí informó de que se lanzaron desde Gaza más de 50 cohetes, de los que 20 fueron interceptados por el sistema de defensa. Los colegios permanecieron cerrados en Israel y se abrieron refugios antiaéreos en ciudades del centro del país como Modiin, cerca de Jerusalén, en previsión de un ataque a gran escala por parte de la Yihad Islámica desde Gaza.

El Ejército israelí señaló a Abu al Ata como responsable «directo» de «cientos de ataques terroristas contra civiles y soldados israelís». Según el portavoz del Ejército, Jonathan Conricus, había planificado ataques en días señalados en Israel durante este año y tenía previsto un plan inminente, por lo que su muerte, denominada «asesinato selectivo» por Israel, «mitiga una amenaza».La operación se llevó a cabo contra la planta de un edificio del barrio de Sheyaiya, en Gaza ciudad, donde se encontraba Al Ata.

El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Naftali Bennett, que ocupa el puesto desde el domingo, aprobaron la operación previamente, pero Conricus aseguró que no se trata de una vuelta a los asesinatos selectivos.

Israel considera a la Yihad Islámica responsable de los últimos lanzamientos de cohetes hacia territorio israelí, aunque el Ejército suele atacar objetivos del grupo islamista Hamás, que controla la franja de Gaza.