El brexit provocó la caída de Theresa May y determinará la elección de su sucesor. El proceso arranca mañana lunes, cuando se conocerá la lista definitiva de candidaturas al liderazgo del Partido Conservador. Tres aspirantes, el exministro de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, con gran ventaja sobre el resto; el actual en el cargo, Jeremy Hunt, y el ministro de Medio Ambiente, Michael Gove, se perfilan como los contendientes con mayores posibilidades.

El grupo parlamentario celebrará sucesivas votaciones eliminatorias hasta el próximo 22 de junio, cuando quedarán los dos finalistas. Los 124.000 miembros del partido serán entonces los que con sus votos decidan no solo su líder, sino también el nuevo primer ministro. La fórmula deja bastante que desear y es criticada por ser poco representativa sobre la realidad de la nación. Los miembros del Partido Conservador son mayoritariamente gente de edad avanzada, de raza blanca y con un nivel económico acomodado. Son, además, mayoritariamente partidarios de la salida del Reino Unido de la UE. El vencedor, cuyo nombre se conocerá a finales de julio, podría tener que enfrentarse inmediatamente a un voto de confianza en el Parlamento antes del receso de verano.

Si en algo están de acuerdo todos los aspirantes es en un punto: hay que evitar a toda costa unas elecciones generales a corto plazo. En un momento de extrema debilidad, perdiendo terreno entre las bases, tras la brutal derrota en las elecciones europeas, los tories se sienten amenazados por el Partido del Brexit de Nigel Farage y al mismo tiempo temen un triunfo de los laboristas y Jeremy Corbyn.

Las discrepancias llegan sobre cómo resolver el brexit. El exministro Dominic Raab y Boris Johnson insisten en que el Reino Unido debe dejar la Unión Europea el 31 de octubre, con o sin acuerdo. Raab, el más extremo, ha llegado a sugerir la suspensión del Parlamento, si los diputados se negaran a ratificarlo. El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, ha respondido que «eso simplemente no va a ocurrir».

Johnson está tratando de asegurarse el voto de moderados y centristas, pero advierte de que si el Reino Unido no sale en el plazo fijado, «este gran partido corre el peligro potencial de extinción». En la reunión ante los diputados defendiendo su candidatura, Johnson se presentó como el líder capaz de ganar el electorado perdido. «Creo que puedo encargarme de Farage y recuperar a los votantes que él ha logrado», dijo.

Michael Gove, en cambio, defiende que el Reino Unido no debe estar «atado» a una fecha y aboga por obtener más tiempo para lograr un acuerdo. Jeremy Hunt, que votó a favor de la permanencia, admite ahora que la presión es mucha, y estaría dispuesto a defender una salida sin acuerdo, «como última solución, y con todo el dolor, por los riesgos que entraña para los negocios y para la Unión».