Las elecciones presidenciales de Polonia previstas para el domingo 10 de mayo parecen cada vez más lejos de poder celebrarse, según explicó ayer el viceprimer ministro Jacek Sasin, quien culpó a la oposición de tal situación al demorar los trabajos para elaborar la legislación que permitiría una votación por correo durante la epidemia.

Polonia, con 38 millones de habitantes, suma más de 13.000 contagiados y casi 700 muertos por el coronavirus, una situación excepcional que ha centrado el debate sobre la idoneidad o no de celebrar las elecciones y las medidas de seguridad necesarias para llevarlas a cabo.

En abril, la Cámara baja del Parlamento, donde el partido gobernante Ley y Justicia (PiS) tiene mayoría, respaldó un plan para llevar a cabo las elecciones el 10 de mayo mediante votación postal. Pero la legislación aún debe ser aprobada por el Senado, que está controlado por la oposición.

«El 10 de mayo es difícil», admitió Sasin en una entrevista radiofónica, y agregó que el PiS está sopesando celebrar la votación el 17 o el 23 de mayo, ambos permitidos por la Constitución. «Una semana antes de las elecciones, los polacos todavía no saben cuándo se celebran. Son la oposición y el Senado los responsables de esto», denunció el viceprimer ministro.

Si el Senado rechaza el proyecto de ley de votación por correo, volverá a la Cámara baja, donde algunos legisladores del socio de coalición del PiS se oponen a celebrar el voto durante una pandemia. El socio menor de la alianza propuso extender el mandato del presidente Andrzej Duda, un aliado del PiS, durante dos años más y celebrar las elecciones en el 2022 sin que él participe.

La oposición quiere que el Gobierno anuncie un estado de emergencia que significaría que las elecciones de mayo serían canceladas. Los críticos dicen que el PiS insiste en que las elecciones se celebren este mes debido al gran apoyo de Duda en los sondeos.