Las elecciones generales indias han arrancado en más de medio centenar de distritos electorales y se prolongarán durante seis semanas. Una cita electoral, estructurada en siete fases, a la que están convocados casi 900 millones de electores y cuyos resultados se conocerán el 23 de mayo.

En la primera fase, abierta para unos 130 millones de electores de casi 70 distritos electorales del país, se decidirán los nombres de 91 de los 543 escaños de la Lok Sabha, la Cámara Baja del Parlamento indio, según datos de la Comisión Electoral India (ECI).

Desde la apertura de los colegios electorales, se han visto colas largas pero ordenadas en la entrada de los colegios electorales.

Bajo la fórmula de Gobierno parlamentario, en la India una formación política requiereel apoyo de una mayoría simple, es decir, al menos 272 parlamentarios, para poder formar un gobierno.

El primer ministro Narendra Modi y su partido, el nacionalista hindú BJP, se presenta como favorito a repetir la victoria electoral, aunque se asoma con fuerza en la oposición el histórico Partido del Congreso, de Rahul Gandhi, que espera dar la campanada gracias a un juego de alianzas.

El sistema de fases ha sido ideado para manejar las complejidades logísticas que supone una población de sufragistas que equivale a los electores inscritos para las últimas presidenciales de Estados Unidos, multiplicados por cuatro.

A ello se suman las dificultades geográficas del país, que tiene 3,3 millones de kilómetros cuadrados de extensión y 1.210 millones de habitantes, y que pese a su desarrollo económico aun enfrenta serios problemas de infraestructura y transporte, sobre todo en sus áreas rurales.

La segunda fase de las elecciones deberá celebrarse el próximo 18 de abril en casi un centenar de circunscripciones de 13 estados del país.