Recep Tayyip Erdogan seguirá cinco años más al mando de Turquía. El presidente turco, conservador e islamista, ganó ayer las elecciones presidenciales y parlamentarias simultáneas celebradas en el país y con ello ratifica el sistema presidencial aprobado por los pelos el año pasado y se asegura una superpresidencia con poderes casi ilimitados.

Con este nuevo sistema, el presidente de la República de Turquía puede, a partir de hoy, escoger jueces, nominar y despedir ministros y gobernar por decreto. «Nos felicitamos por la victoria de la democracia. Turquía lo ha demostrado. Con la presidencia y el Parlamento bajo nuestro control seguiremos trabajando. Serviremos más y mejor a nuestro país», dijo el presidente turco tras saberse los resultados.

La magnitud del resultado ha sorprendido a todos. Erdogan ganó las presidenciales con el 52,8% de los votos cuando los sondeos le daban, de media, un 48%. Su principal rival, el candidato del CHP, Muharrem Ince, llegó al 30%. Carismático, popular, dinámico y hábil, este antiguo profesor de física era la esperanza de la parte secular de Turquía; la mitad del país que aborrece a Erdogan y que esperaba una segunda vuelta en la que Erdogan se enfrentase a un Ince desbocado y lanzado a la presidencia. De hecho, la siguen reclamando sus simpatizantes.

La clave para el Parlamento, al final, ha estado en el socio de coalición de Erdogan, el MHP. Este partido, ultranacionalista y ultraderechista, ha conseguido el 11,2% de los sufragios cuando los sondeos le daban el 4%. Y eso, sin haber hecho casi campaña electoral; dejándole todo su espacio al presidente turco, que ha acaparado la enorme mayoría de minutos televisivos.

Hace unos meses, el MHP sufrió una escisión, liderada por la exministra de Interior Meral Aksener. Esta política, enemiga de Erdogan, se sumó a la oposición con Ince y esperaba robarle a su antiguo partido parte del voto nacionalista. Ha fallado y su partido, el IYI Parti (Partido Bueno) ha conseguido el 10% de los votos en el Parlamento, un punto menos que el MHP.

Las elecciones se preveían tan ajustadas que la participación ha sido abrumadora. Tanto que ha superado por dos puntos a la del referéndum del año pasado: llegó al 87%.

Erdogan, con este resultado, continuará siendo presidente de Turquía hasta el 2023, el año en el que el país conmemorará su 100º aniversario de existencia, que llegó con la desaparición, tras guerra civil, del Imperio Otomano. El político islamista, al llegar esa fecha, habrá estado 21 años al mando, seis más que Mustafá Kemal Atatürk.