QUÉ ES

La “Carta Democrática” es un instrumento o mecanismo de la Organización de Estados Americanos (OEA) con el que se busca preservar el funcionamiento de las instituciones democráticas de los países miembros. Fue aprobada en el año 2001 y solo se aplicó a Honduras en 2009, después de que fuera destituido de la jefatura del Estado al entonces presidente Manuel Zelaya.

LAS RAZONES

La decisión de la OEA de aplicar esa carta a Venezuela es consecuencia de un reciente pedido de la oposición parlamentaria al presidente Nicolás Maduro con la que en los hechos se busca forzar el llamado a un referendo revocatorio de su mandato este año. El Gobierno de Caracas se muestra reticente a la consulta. Una eventual suspensión no haría más que ahondar los problemas políticos y económicos de una Venezuela que, desde diciembre pasado, se ha quedado en la región sin sus principales aliados. Primero fueron los cambios en Argentina y, semanas atrás, el llamado “golpe blando” en Brasil contra Dilma Rousseff.

LOS EFECTOS

Este instrumento de la OEA, que debe de abrir primero un proceso de reuniones y votaciones que definirán los pasos a seguir, puede impulsar gestiones de “buenos oficios” pero también suspender de forma temporal al Estado miembro del ejercicio de su derecho de participación en la OEA. Para que ello se materialice se requiere del voto de al menos los dos tercios de los Estados que conforman la Organización (34 países en total). La exclusión del sistema interamericano limita la capacidad de acción del gobierno, y este internacionalmente se encontrará igualmente aislado y en entredicha su gestión administrativa. La aplicación de las sanciones previstas en la Carta Democrática representa un activo moral para los sectores de oposición.